Lentamente, como el sol de la tarde se va ocultando, se va el año. Ya termina como si algo va a cambiar. Los deseos y la expectativa colectiva se muestran en los diarios.
Ya se paso el escáner para ver lo que ocurrirá en la economía mundial, en el país, en los tiempos venidero del hombre, sin dejar descansar el ansia de medirlo todo.
La mente humana, el ansia de lo preciso, de lo cuantico, ha creado un mundo para que se lo pueda palpar hasta en la máxima expresión.
Pero el tiempo, ese sueño efímero en la que la conciencia de eternidad es un acto de fe.
No se cual es (como en los medios de comunicación), será el ultimo programa del año, solo mi corazón siente la ansiedad de la gente por consumir lo máximo antes que muera el ultimo segundo.
No se cual es (como en los medios de comunicación), será el ultimo programa del año, solo mi corazón siente la ansiedad de la gente por consumir lo máximo antes que muera el ultimo segundo.
Que para los nostálgicos del pasado, les va gustar revisar y vivir nuevamente esa incertidumbre, como mendigos buscando riqueza y felicidad en realidades muertas, como sentados a espalda de la vida, perdiendo el presente por donde pasa el ser.
No hay mucho que decir, pero hay tanto por amar en este río del presente, donde se dan todas las oportunidades, donde se da el cielo y el infierno en el corazón del hombre.
La mente del hombre, ha construido tantos mundos alternativos que lo distraen para no ver la realidad. Y esta, es tan simple, tan esencial para su ser que es invisible a los ojos.
El ser esta ahí, la vida esta ahí, el amor esta ahí, sin medidas, sin cuantificación, sin que sea 2009 o 2010.
El ser esta ahí, la vida esta ahí, el amor esta ahí, sin medidas, sin cuantificación, sin que sea 2009 o 2010.
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