11 de octubre de 2015

LA TIERRA ESTA ENOJADA

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Son las 15:15 hs. de la tarde, toda la noche llovía con un viento huracanado, queriendo llevarse todo por delante, si el cielo estaba enojado con ruido ensordecedor, no parecía algo natural.
Las chapas del techo de mi dormitorio rugían, nunca escuche tal sonido, el viento, agarraba a las chapas y no las soltabas, furioso, largaba bramidos, por que no podía desprender ninguna. Yo miraba hacia arriba, y decía “DIOS MIO”.

No sé en que instante me quede dormido, no sé en que instante mis oídos se cansaron del gruñido de este tempestuoso viajero inoportuno. Tan solo quería descansar. Me levanté y encontré el álamo plateado de mi vecino que se quebró en la batalla, pobre, era tan hermoso y costó tanto tiempo a la naturaleza criarlo.
Me senté en un bar, como quien ve el diario y realiza un cronograma de actividades y los lugares más próximos para repartir mi currículum vitae, solicitando trabajo. Cuán importante es encontrar trabajo.  Pero la televisión hablaba de otras cosas, de seres humanos desparecidos por el temporal, otras sin viviendas, ya que quedaron anegadas por el fenómeno metereológico. Como dicen algunos periodistas, “el meteoro que paso a las 4 de la mañana, dejo un saldo de 250 persona desaparecida etc.”, un meteoro, que le diría mi abuelita Dorotea que era de campo adentro, “que meteoro juna gran siete, si tenis deseo de usar la boca, por que no te así gárgaras de limón, antes de hablar tonteras, ve eso, ahora le dicen meteoro”.


Paso la sudestada (eran las grandes tormentas que venían del sudeste) no, pero es una forma de decir a una gran tormenta huracanada que paso. Pero ya paso y la sudestada fue clemente conmigo, puedo caminar en la calle sin ninguna preocupación, sintiendo la humedad del ambiente, con la conciencia que tengo que seguir caminando hasta el caer de la tarde.
Pensar que ayer a la tarde había un grupo de personas que estaban gozando de su vida o renegando de ella, o estaban jugando o disfrutando. Ahora sus parientes les reportan desaparecida. Otras personas, desesperadas sin hogar lloran el sacrificio de toda una vida para poder tener un digno cobijo en el lugar donde vive. Otras están con frío y hambre. De la noche a la mañana como un soplar de vela, todo oscureció, todo cambio.

Toda la reflexión estaba orientada a las talas de árboles en los montes, el calentamiento ambiental, la sequía y los meteoros que te sorprenden sin darte respiro. Pero nadie nos dijo que la vida es estática y nadie nos enseño que la vida es risa y llanto, frío y calor, saciedad y hambre. Siempre nos hicieron creer, que muchas veces los opuesto a las sensaciones placenteras es castigo como consecuencia de algún mal que el ser humano hace. Pero la vida es así, dos opuesto en una misma realidad.
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EL MIEDO Y LOS MECANISMOS DE DEFESA

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Mientras tomaba unos mates, de a sorbos lento y pensativo, cuando uno baja el interruptor del tiempo, todo queda estático y la mirada se pierde en la naturaleza, aflora la imaginación y el recuerdo. Me vino a la cabeza el regalo de mi hermano mayor, era un monito de hojalata con un tamborcito. Este juguete tenia una llavecita al costado, que al hacerla girar con una determinada fuerza en los dedos y que vuelta tras vuelta se ponía mas pesada necesitando mas fuerza para terminar de hacer girar hasta llegar a un tope que al partir de ahí se liberaba un mecanismo haciendo que el monito de hojalata caminara y tocase el tambor. 

Es increíble como este mecanismo recibía una fuerza externa, que muchas veces mis dedos no podían hacer girar esta bendita llave, pero mi papa mágicamente era súper poderoso y era el único con la fuerza para mover la llave y el mundo entero. Era todo una diversión. Ahora miro como una analogía perfecta lo que ocurre con la psiquis del hombre. Muchas veces recibimos fuerza tan bruscamente, con sensaciones tan intensas que misteriosamente quedan guardadas en el interior, similar al juguete de mi niñez, cuando uno giraba le transmitía una fuerza que quedaba almacenada en una cuerda que era como un resorte que se enroscaba y una traba la contenía hasta que un dispositivo liberaba esa traba y ponía todo el mecanismo a andar. El juguete después de recibir esta fuerza, se mantenía en quietud, hasta que uno por medio de un botón lo sacaba de la quietud y este empezaba a caminar y tocar el tambor, hasta que la cuerda se acababa. Había dentro de él, algo que lo mantenía en quietud hasta que algo liberaba esa fuerza. En los seres humanos ocurre algo parecido, la persona esta en armonía con el medio cuando las sensaciones recibidas de éste, sean placenteras, el yo la disfruta. Pero cuando estas son estimulaciones fuertes, violentas, recibidas en una vivencia, resulta ser traumática, una amenaza a la integridad del yo. Para que este siga viviendo en armonía, tiende a guardar esta fuerza ocultándola de la conciencia.
Freud determinó los mecanismos de defensa, como las técnicas del inconsciente, encargadas de minimizar las consecuencias de eventos demasiado intenso, para que el individuo pueda continuar con sus funciones. Dichos mecanismos de defensa, permiten el mantenimiento del balance psicológico.”
www.apuntesdepsicologia.com/psicoanalisis/mecanismos-de-defensa.
Si no existiese este mecanismo no habría armonía y sería imposible la adaptabilidad del ser humano a las distintas situaciones de la vida. Esta fuerza oculta se llama inconsciente, es decir lo que no esta en la conciencia. Hay otras fuerzas que sería traumáticas para el niño si la transgrediera, estas son los límites impuesto por los padres, las normas morales, religiosas y culturales que responden a la convivencia y que en muchos casos se la imparte cargado de afecto, como algo positivo, y que, transgredir a estas, lleva un profundo temor de perder el afecto del papa o la mama. El temor al castigo es tan fuerte que puede paralizar al ser humano. El hecho de no realizar algún acto por temor  al castigo es uno de los tantos ejemplos de la vida real. Si algo me agredió profundamente de eso me tengo que defender. O de algo que me lleva a perder lo que mas quiero (la aprobación de papá y mamá).

“En la teoría psicoanalítica freudiana, los mecanismos de defensa son estrategias psicológicas inconscientes puestas en juego por diversas entidades para hacer frente a la realidad y mantener la autoimagen. Las personas sanas normalmente utilizan diferentes defensas a lo largo de la vida. Un mecanismo de defensa del yo deviene patológico solo cuando su uso persistente conduce a un comportamiento inadaptado tal que la salud física y/o mental del individuo se ve afectada desfavorablemente. El propósito de los mecanismos de defensa del yo es proteger la mente/sí mismo/yo de la ansiedad o sanciones sociales y/o para proporcionar un refugio frente a una situación a la que uno no puede hacer frente por el momento.” (https://es.wikipedia.org/wiki/Mecanismos_de_defensa)
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