12 de abril de 2010

COMUNICACION, LA PALABRA Y EL INCONSCIENTE

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Desde el inicio de la humanidad, el hombre se manifestó como un ser social, que lo llevo a relacionarse con sus contemporáneos y con el medio circundante. La necesidad de codificar o dar una descripción nominal a los seres vivos, los fenómenos naturales, la materia misma, etc., para luego compartir estas experiencias de lo cotidiano, utilizando desde esta codificación al que llamamos lenguaje, que era habitual en los seres humanos. De este elemento COMUN a todos, nace la palabra comunicación.

La comunicación que fue creciendo y haciéndose mas sofisticada con el avance tecnológico, nunca pudo dejar de lado una gran realidad, que para poder comunicar algo, es necesario una experiencia humana y el deseo de compartir, luego esta la producción del mensaje que quiero comunicar.
Una vez elaborado la codificación correcta para transmitir dicha experiencia, es necesario que exista “el quien” o quien va a recibir la comunicación. Así tenemos un YO que elabora el mensaje y un TÚ que lo recibe.
Al momento de comunicar tengo que estar seguro si el mensaje será recibido, luego si será inteligible o comprendido y si tendrá la recepción adecuada. Ya que sin estos requisito no habrá mensaje y no habrá comunicación.

 La necesidad de compartir con otro la realidad misma, los llevo a construir unos conjuntos de palabras, en la que en esta experiencia hay un emisor (el que construye el mensaje) y un receptor (el que recibe y descodifica el mensaje).

Es necesario que exista un emisor y un receptor. Cuando un emisor lanza una cadena de significante (palabra) el receptor la decodifica y descubre en ella, el sentido de la realidad que el emisor quiere compartir.

El, en las palabras mismas que usa, no tan solo me describe una cosa, un fenómeno, una experiencia de algo, sino que también en ella encierra el sentido de valoración como ser: lo bueno, lo malo, la verdad, lo bello y lo feo.

También por parte de la persona que quiere comunicar algo, en la emisión del mensaje, en la que no tan solo encierra valoraciones humanas, sino que también al emitirlo lo realiza con una determinada intencionalidad.
Cuando Ignacio de ocho años insultaba a su hermanita, esta que era de menor edad, corría a su madre y decía: “Mama nacho me dice cosas feas”.
Dentro del significante no tan solo esta el significado, sino que dentro de esta, hay una intención de molestar y herir.
Pero en la construcción de una comunicación, esta siempre en juegos dos realidades con distintas historias, el YO y el TU.
En esta experiencia de interpretar lo que se expresa tanto para el emisor como el receptor (YO-TU), uno transmite también vivencias oscuras, de realidades de mi vida no resueltas, que salen como el anverso de la palabra que el Yo no admite como algo suyo, sino como desconocido.

En un programa de televisión en la que los reporteros con pregunta suspicaz, realizaba un reportaje a un político (D’ELIAS) que nació de los movimientos piqueteros de nuestro país (Argentina), en su temor de no ver su figura en detrimento ante la opinión publica, ya que estaba jaqueado por los periodista y el publico. Toda la contestaciones era cautelosa, hasta que un miembro del publico le hizo una pregunta totalmente distinta del resto.
“dígame señor D’elias, ¿Cuál es la primera persona del plural?
Contesto con toda seguridad y al instante YO.

“no señor le vuelvo a preguntar, ¿Cuál es la primera persona del plural?
El volvió a contestar con rapidez y con mas acentuación en su respuesta, YO.

Tomando la palabra el periodista, dijo, señor la respuesta correcta es Nosotros.
Ah si, pero yo dije eso.
No señor usted dijo las dos veces YO.

El no se daba cuenta, que lo que estaba contestando no era lo correcto.
Así en la comunicación, el comunicante emite una cadena de palabras o códigos al comunicado. Esta cadena de significantes tiene un particular significado ante la persona que lo recibe.
En este juego del significado y significante, esta al presencia de lo que no aparece en el plano consciente.

Muchas veces cometemos errores al dar una contestación, al realizar unas bromas acentuamos en aquellas cosas que no aceptamos en las personas.

En la comunicación, en la que usamos el lenguaje y en este hay cadenas de significantes y significado, el estudio de este fenómeno es de tipo lógico, en cambio la manera que arribamos a estas experiencias de equívocos, en la psicología psicoanalítica para Freud, lo concebía como un modelo único, que es la del inconciente, ya que este se muestra por medios de metáfora en un modelo económico, en la comunicación.

Por eso que hay una diferencia en la estructura del inconsciente como lenguaje y la estructura de la lengua, pero también hay una semejanza: el significante para Lacan no conduce al significado sino por su LATERALIDAD y por su aspecto diferencial e incorporal.
Mientras uno se expresa por medio de la palabra, como escondida o codificada se manifiesta el inconsciente.
En estas, que aflora en el campo consciente en la comunicación, aparece manifiesto como disfrazado, como defendiendo al Yo, el trauma.

Por eso del análisis deambula para Lacan entre el código, o lo que llama el “lugar del Otro” y el mensaje; entre la cadena del significante –donde se apresa y se estructura el sujeto que habla en el y que permanece oscuro para si mismo- y el circulo del discurso, constituido de unidades de significado y donde el sujeto se hace enunciar el sentido y la verdad de las palabras que el mismo pronuncia por la relación que lo une al analista, “yo pienso donde yo no soy, yo soy donde yo no pienso”, para Freud describe un sujeto que funciona mas allá de la pareja del yo y del otro.
El inconsciente es el otro que esta hablando entre mis palabras “pero no soy yo, es el otro”, es un sujeto, el inconsciente que habla en mí, sin hacerlo en primera persona.

Por eso Lacan hará hincapié de que el inconsciente es el discurso del Otro, y, si a el nos es permitido llegar por la hipótesis de una vía estructural, estas manifestaciones del Otro sale a luz por medio del chiste, el equivoco de palabras, el síntoma, el sueño y es por medio de esta donde el inconsciente se muestra a si mismo.