29 de marzo de 2010

PUEBLO CULTURA Y LIBERTAD

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Para algunos antropólogos, antes de los años 800 d/Cto. Un grupo étnico al que le gustaba habitar en las montañas, vinieron del norte chico, territorio chileno, como quien busca un destino de paz y prosperidad para su pueblo o un lugar donde vivir y crecer con los suyos, se instalo tomando para si, como su propia tierra, la parte el oeste de las cadenas montañosa de Tucumán.

Todavía, ellos mismo no sabían que serian la semilla de una gran ciudad, en la provincia de Buenos Aires.

Se cree,  que venían escapando de la dominación de una gran tribu del norte, una tribu guerrera del alto Perú. Si, los incas, estos eran una gran tribu organizada en sus quehaceres comercial, social y militar.

Su dominio llego hasta el sur de chile. Pero para los ancestros de Juan calchaquí, (los caciques Quipildor, Viltipoco, Chalemin), no quería que su pueblo muriese a sus costumbres, ni perdiese lo que más cuidaban y atesoraban, la libertad de su gente.

LOS QUILMES, que significa (pueblo entre montañas), al que en lengua quechua así lo denominaron los Inca. Se instalaron en las faldas de las cadenas montañosas, haciendo pucara, por medio de la cual observaban el basto valle.

Construyeron una gran ciudad, organizada en las distintas actividades, pero la principal era la agricultura.
Edificaron, terrazas de grandes proporciones, que se extendía hasta gran parte del valle y en ella se la llenaba con tierra que traían de zonas mas húmedas. En esos torreones se realizaban el cultivo del maíz, quínoa, papas.

Debido a la gran escasez de lluvia, construyeron un sistema de riego, en la que traía el agua de las vertientes y de los ríos, era toda una construcción de ingeniería.

En la parte central del pueblo, estaba los establos y los molinos, donde se procesaba el maíz para obtener harina. Tenían ganados de cabras, llamas, vicuñas y alpaca, donde se le extraía leche y lana. Hacían quesos y procesaban la lana, haciendo finos tejidos, que los distinguían de las demás tribus.

Toda la ciudad estaba construidas por medios de pircas, estas es un sistemas de construcción, en las que las paredes hechas con piedras lizas apiladas unas con otras y ensambladas de tal forma que se transformaban en verdaderos muros.

En la parte alta de la ciudad, esta el ejercito y luego las casas de familia. Construyeron unas fortificaciones, en las laderas más elevadas del cerro, al norte y al sur de la ciudad, al que se le llamaba pucara.

Ahí se observaba este corredor y podían avizorar a grandes distancia quien se atrevía ingresar en su territorio.

Todos que quisiera viajar a través del valle, tenia que tener el permiso para hacerlo. Generalmente pasaba todos aquellos miembros de otras tribus con la que ellos comercializaban sus productos.
El arte lo expresaba por medio de la alfarería y la metalistería. Era todo un pueblo organizado, un pueblo al que su sabiduría ante la vida la había acuñado a través del tiempo.

Con el tiempo formaron entre los distintos clanes, una tribu al que hasta el día de hoy se los conoce como los indios calchaquíes o diaguitas, al que tomaron como única lengua el kakan.

Esta lengua, se transformo en la lengua oficial de todas las tribus de la etnia pazioca, que vivían y viven en la serranía del norte argentino extendiéndose hasta La rioja

Dominaron el gran valle, desde Tafí hasta el limite con salta. Eran en su momentos, los dueño de toda la falda montañosa, al que amaban y adoraban como a un ser vivo en la que ellos estaban inserto. Este amor y adoración a esta gran madre nutricia, la PACHA MAMA, que traducido es la TIERRA MADRE, la que cobija y alimenta a todos los seres vivos.

Toda la tierra tenía vida en si y se manifestaba por medios naturales. Pero no era la tierra sino lo que la sustentaba y le daba vida, ya que cuando la PACHA MAMA, se enojaba la tierra se ponía infecunda, infértil.

Así, la vida cotidiana en el valle se presentaba como una gran madre, que nutria a todos los seres vivos y todos estaban relacionados directamente con ella, la Pacha Mama (tierra madre).

Todos los días al empezar la jornada, cada miembro del clan tenia que rendir culto a la Madre Tierra, para que los bendiga en todos los quehaceres cotidianos, y esta se manifestaba con la abundancia en el ganado y en las cosechas. Pero si se alejaba de agradecer a esta madre ella no se hacia esperar, se hacia sentir, sus manifestaciones estaban dada en los truenos y relámpagos; en la escasez de las lluvia y de los alimentos.

Pero todo quiso ser borrado, cuando una etnia del este, que con su tecnología pudieron cruzar el océano. Un grupo que se consideraban superiores, venían con la total intención de tomar todo territorio que sus ojos miraba, sin importar los dueños legítimos del lugar, ya que para esos momentos históricos los nativos, eran parecidos a los seres humanos.

Era el estilo de vida, en que llevaba los habitantes del viejo continente, cada corona se mostraba esplendorosa cuanto mas tierra y todo lo que en ella hubiese, era anexada a su dominio.

Los conquistadores no venían a realizar un estudios de los habitantes de estas tierras, ni ver sus conocimientos, ni su pautas culturales, no venían a firmar tratados comerciales, culturales.

Toda sabiduría de nuestros ancestros, como el conquistador hablaba otra lengua no entendía y al no entender, con el tiempo impusieron su cultura, desterrando la autóctona.

En la conciencia del ser humano para ese tiempo, la palabra cultura y respeto por ella no existía. Esa experiencia tan rica y hermosa del respeto por el otro con todas sus diferencias.

No había respeto por la cultura nativa, por la cultura de los dueños naturales de estas benditas tierras. El estudio de la cultura y el respeto por las mismas, tomo importancia durante el siglo 20.

Para los fines del 1700, lo importante era conquistar y anexar tierra a una corona determinada, y el poder se hacia sentir con las armas.

Si bien los Quilmes y luego toda las tribus del valle se opusieron a las intensiones del conquistador, luego fueron deportados a la ciudad de buenos Aires. De los 2000 lugareños que desarraigaron, tan solo un puñado de 400 llegó a esas tierras lejanas, húmedas, donde la llanura deprimía el deseo de observar.

El pueblo Quilmes fue desterrado, desairraigado de la Pacha Mama. Como si ella la hubiere castigado por algún mal cometido.

Así los españoles conquistadores, no respeto su sapiencia, su forma de ver la vida, no respeto la vida de los habitantes autóctonos del gran valle.

En esa época no existía la conciencia del derecho humano, ni el respeto por la vida, ni el respeto por la cultura indígena, mas bien tubo que pasar varios siglos hasta que se le reconozca al indio como imagen y semejanza de dios, pero la iglesia en nombre de Dios, mato la cultura, la experiencia milenaria del trato con la naturaleza.

Con el tiempo la lengua kakan desapareció y con ella la sabiduría y el conocimiento de un pueblo, de las lenguas autóctonas de la época la que sobrevivió a los momentos de barbarie, fue la lengua quechua, lengua oficial del imperio Inca.

Se hizo realidad la intolerancia de lo diferente, la ignorancia y la cobardía por aprender nuevas forma de ver la naturaleza y la vida. La intolerancia, de no aceptar que la vida tiene determinado ámbitos y estos están enraizados por naturaleza a una geografía que los identifica. Los calchaquíes y los Quilmes supieron vivir en las zonas montañosas del norte argentino, de una forma extraordinaria.

En 1766 el gobernador del Rio de La Plata,José Martínez de Salazar fundó con un contingente de indios- kilmes o quilmes- sometidos poco antes en el valle de Calchaquí. (Tucuman-Salta) una reducción que denominó Santa Cruz de Los Quilmes.
En 1812 el triunvirato declaró libre al pueblo de los Quilmes y ordenó el reparto de la tierra.