10 de febrero de 2009

ANSIEDAD

0 comentarios
 
Ricardo Rojas Romero, ya había realizado toda la carrera de Psicología, en la Universidad de Tucumán.
El, oriundo de Catamarca, sus padres habían apostados todos sus esfuerzo en el éxito de su hijo, como su novia, Carolina, que soporto el tiempo y la distancia tejiendo este amor con total abnegación.




Ellos al ver que era la ultima materia que Ricardo rendía (Psicología Clínica), vinieron de sus pagos (CHAQUIAGO), para esperar el examen final.
Durante toda su carrera, el rendir un examen no era traumático, pero sentía que este, era totalmente distinto. Por primera vez, sentía en su espalda, toda la ilusión de sus seres querido y el esfuerzo que ellos hicieron. El triunfo estaba en sus manos.
El pánico iba creciendo, a medida que la fecha se acercaba, aumentaba una cierta agitación, inquietud, un temor profundo al fracaso. De hecho había adelgazado, ya que se había instalado en la boca del estómago una dureza tal, que le quitaba el apetito.

Por dentro, prefería que no estuvieran sus seres queridos, pero eso no lo podía evitar, era lógico que sus padres y su novia desearan estar en estos momentos importantes y cruciales en su vida.
Algunas veces se le cruzaba por la cabeza, el fantasma del fracaso, esperar un tiempo mas y el esfuerzo humano de empezar todo de nuevo, para poder rendir.
Se le cruzaba por la cabeza el rostro desilusionado de su padre, el esfuerzo que hizo su madre y novia para poder viajar a Tucumán. Había una gran expectativa proporcional al gran esfuerzo que realizaron.

Lógico, no hay duda, a Ricardo le carcomía el temor al fracaso, sentía el peso de una gran espera y que tenia que responder positivamente ante un jurado ampliado que esperaban un final feliz.
Ricardo estaba muy ansioso y tenia momentos de angustia, deseando que por un sortilegio de la vida, entre un abrir y cerrar de ojos, tan rápido como un suave suspiro, tener la nota satisfactoria del examen y decir “por fin ya soy PSICOLOGO”.

Que es lo que le agitaba interiormente, es el temor, si el temor a fracasar, el temor ante el jurado, el temor a decepcionar y así podemos a realizar una gran lista.
El temor es la causa de muchos males, también el motor de la ansiedad. A la ansiedad se la siente en el cuerpo. Es un movimiento de muchas sensaciones, pero en el fondo es el miedo, a no alcanzar lo que anhelamos.

En los seres vivos es un mecanismo natural que nos alerta de un sentimiento tan fuerte en el ser humano como es el miedo y nos alerta de situaciones potencialmente peligrosas. Normalmente, ese estado de tensión psicológica de forma moderada, nos ayuda a hacer frente a los inconvenientes o temores de la vida diaria y a afrontar los retos que se nos van presentando.




Que nos anuncia o es la antesala del peligro. Es una emoción y como toda emoción pasa.
De otra manera podemos decir que, la ansiedad es una respuesta automática que se produce en nuestro cerebro ante el reconocimiento de un peligro inminente. Muchos psiquiatras coinciden en que a veces es necesaria para formar el carácter de la persona.
Pero esta es controlable y es necesario que así sea.

(Del lat. anxiĕtas, -ātis).
1. f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo.
2. f. Med. Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos.

Angustia.
(Del lat. angustĭa, angostura, dificultad).
1. f. Aflicción, congoja, ansiedad.
2. f. Temor opresivo sin causa precisa.
3. f. Aprieto, situación apurada.
4. f. Sofoco, sensación de opresión en la región torácica o abdominal.
Pero para superar esta movimientos de sensaciones que nos oprime nos vamos a remitir a un hermoso verso:
Nada te turbe,
Nada te espante
Todo se pasa,
Dios no se muda,
La paciencia todo lo alcanza,
Quien a Dios tiene nada
Le falta sólo Dios basta.
Santa Teresa de Ávila

Como dice el proverbio árabe:
SI EL PROBLEMA TIENE SOLUCION, QUE PROBLEMA HAY
SI EL PROBLEMA NO TIENE SOLUCION, QUE PROBLEMA HAY
SI NO HAY PROBLEMA, DONDE ESTA LA PREOCUPACION.