Alguien en la antigüedad había descripto la realidad cotidiana, algo tan difícil en la vida actual, ya que es una realidad al que uno no cuestiona, ni piensa, por que es difícil atrapar y para interpretar lo cotidiano recurrimos a esquemas mentales, estructura mentales que viene de la educación familiar, otros de la misma cultura en que estamos inserte, pero desde el punto de partida de la observación misma, siempre se nos muestra como una realidad cambiante.
Había un pensador que describía la vida del hombre como a un individuo que esta atado en una columna dentro de una caverna a espalda de el, se encontraba la salida de la caverna por donde entraba la luz.
Esta entraba y proyectaba las sombras de las cosas que pasaban afuera y su trabajo diario era interpretarlas cotidianas, ya que este no sabia discernir a ciencia cierta cual era la realidad.
Ya que lo verdadero no estaba en el continuo devenir de sombras, si no, que la realidad estaba a su espalda.
Lo que sabiamente describe este antiguo pensador es que para que el ser humano pueda ver el mundo exterior tendría que liberarse de las ataduras y una vez así dejarse llevar por la luz para poder llegar al mundo o realidad verdadera.
Si bien esta alegoría data del siglo IV ante de Cristo, parece tener una fuerza y una actualidad extraordinaria. Ya que al ver como estamos viviendo muchas veces nos sentimos inserto y atado en un sistema en la que este devenir de cosas que nos muestran los sentidos, potencializado por los medios de comunicación, muchas veces nos hace vivir realidades y sensaciones que no son necesaria para la vida.
El mundo de las sombras, esa realidad cambiante a la que el ser humano esta inserto y que muchas veces nos cuesta aceptar que esta cambia, que el ser humano se renueva en 24 hs, muchas células murieron y muchas nacieron en 24 hs.
No aceptamos que al otro día ya no somos los mismos y con el tiempo las nuestros pensamientos, parte de ellos se mudaron o tomaron otra interpretación de esta realidad escurridiza.
Aceptar la realidad es el gran desafió de nuestra época, acepta “QUE EL TIEMPO PASA Y NOS VAMOS PONIENDO VIEJOS”, para no amargar a algunos, no es que nos pongamos viejos, es que todo maduramos para un nuevo nacimiento.
Que pasaría si empezaría aceptar mi calvicie y aprender a ver mi belleza por debajo de esta realidad, que pasaría si me libraría de los que es aparente y cambiante y otear el panorama por debajo, como ir descubriendo el mensaje cotidiano que hay entrelineas y ver quien mueve todo, ¿Quién me esta moviendo todas las cosas?
Muchas veces nos oponemos tozudamente y cuando no la aceptamos las negamos y nos vamos dividiendo interiormente, esta la realidad, yo y lo que acepto y lo que me niego a ver.
Pasamos acumulando gran parte de nuestras vidas, lo que no queremos ver, lo que nos produce temblor y terror, en el mundo marginal de nuestra conciencia.
Hay otro pensador que dijo que la verdad es adecuación de la inteligencia con la realidad.
¿Dónde estamos?
Buaaaa quiero ser niño, buaaaaaaaaaaaaaa, esta gran tentación de la regresión por que siento estar incapacitado para aceptar la vida tal cual es.
Publicar un comentario