2 de febrero de 2009

AUTOESTIMA Y AMOR

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Observando las distintas formas de expresiones que tiene el ser humano y como se relaciona con la naturaleza y sus semejantes, veo que es un abanico hermoso de expresiones.
En todas las manifestaciones en la que sale al encuentro con la naturaleza y con sus semejantes, es como si construye puentes de comunicación y con esta busca mitigar una necesidad, la ansiedad y angustia que produce el sentirse solo. Esta sensación de soledad es tan primitiva, como si en su propia alma resuena, “no es bueno que el hombre este solo”.
En esta continua relación, el busca agradar, ayudar, proteger, comprender, aceptar y todo un vademecum de expresiones y sentimientos, en la que proyecta su ser, cuyo motor en toda sus conductas es buscar al otro para no sentirse solo.


Y en este mundo relacional del hombre, tenemos una variadas formas de expresiones que responden a las necesidades de cada uno.
Vemos el típico caso de las personas cuando ama, no se le ocurre otra cosa que querer cuidar, ocuparse de la persona querida, escucharle, prestarle atención, procurarle las cosas que le gustan, ocuparnos que disfruten la vida o por que no de ayudar de que su vida le sea suave y cómoda. Detrás de todas estas manifestaciones esta el deseo de ser el bien para el otro. Pero este, continuo dar, puede terminar en un grito “CONTINUAMENTE ESTOY EN TODO LOS DETALLES DE TU VIDA Y CUANDO YOOOO”
En esta relación, también existe aquel que para no sentirse solo, se afirma afectivamente en el acto de recibir, se ama en la medida que recibo algo del otro y ese recibir es un trueque en cantidad y calidad.
Pero también el recibirlo todo, continuamente para muchas personas puede ser un fastidio, tarde o temprano terminan increpando a su benefactor, “ME ESTAS ASFIXIANDO, NO SOY UNA CREATURA, DEJA QUE YO LO INTENTE”




¿Cual es el punto intermedio?

Toda relación tiene algo de algo, no existe la relación perfecta, ya que cuando nacemos no venimos al mundo con el doctorado en relaciones afectivas, sino que a medida que vamos creciendo vamos aprendiendo a relacionarnos.

Lo primero que recibimos es el mundo relacional de nuestros padres y hermanos. Cada ser humano tiene su mundo y lo que primeros que adquirimos es (como partes de un rompecabezas para armar en nuestro ser, mi mundo), el mundo emocional y racional de nuestros progenitores.

Algunas veces, estas partes están en pujas, en el trabajo del ensamblaje y las sentimos como que en nuestro interior hay elementos sueltos, como que todo no encaja bien, acompañado con la sensación de inmadures para algunas cosas o como que no estoy maduro para afrontar determinadas exigencias de la vida, otras veces sentimos que en nuestro interior hay partes que están en beligerancia.





Muchas veces, estas partes en guerras, que no aceptamos y no la comprendemos nos hace sentir vulnerables a nosotros mismos. Y lo graves es, cuando vemos algunas escenas parecidas en otra persona, trasladamos esa beligerancia este malestar no resuelto en nosotros al otro, sintiendo que el otro me esta molestando con su forma de ser. Lo que en realidad esas formas se ser son imágenes espejadas de lo que esta pasando en mi interior, como no la tengo resuelta o estan suelta en mi mundo interior, la rechazamos, creando de una situación interior a otra exterior, una sensación desagradable que no puedo manejar, todo es un caos, viendo y sintiendo que el culpable es el otro.

Como que algo no funciona, no se comprende, no se acepta.

Como solucionar estas situaciones. La única solución para todos estos desencuentros es el amor. Si, pero entendido sanamente o por lo menos vamos a llegar a una aproximación.

Como marco de referencia vamos a poner:
UN PEQUEÑO VIAJE TANGENCIAL, EPIDERMICO, POR UN CONCEPTO QUE ES ETERNAMENTE PROFUNDO COMO QUE ES EL AMOR
(Selección extraída del libro "2 partes de un todo", por Rab Irmiahu Abramov y Tehilla Abramov,
El amor, como todos sabemos, es una emoción. ¿Cómo, entonces, se nos puede exigir amar en la Torah? Se nos ordena amar a D's (Devarim 6:5) y amar al prójimo como a nosotros mismos (Vaikrá 19:18). Aprendemos lo uno a partir de lo otro. Primero tenemos que amarnos a nosotros (que incluye nuestro yo interno, no sólo nuestro yo físico), después tenemos que amar al prójimo y a través de éstos estamos aprendiendo a emular a D's, acercándonos a El y haciendo crecer el amor hacia El. Sin embargo, si el amor es una emoción, ¿cómo se nos puede exigir que amemos? La respuesta se puede encontrar en la palabra misma. Amor, en hebreo, es "ahavá". Ahavá proviene de la raíz hav, que significa dar. El amor viene del dar.
http://www.tora.org.ar/sitio2002/profund/prof0062.htm
También a JESUS se le pregunto “Señor que es lo que tengo que hacer para entrar el reino de lo cielos” El le contesto “amar a Ds sobre todas las cosas y al Prójimo….COMO A TI MISMO”




Si así es, ¿como pretendemos amar al prójimo si no hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos?
En el amor a mi mismo, yo soy objeto de mi amor y mis actos de amor serán, comprenderme, aceptarme, confiar en mí, perdonarme, todas las cosas importantes tienen que empezar en mí y luego de la riqueza interior que me da el amor este trasciende para el prójimo.

El mismo Platón nos habla cuando escribió la vida de Sócrates, Nos comente que este estaba frente a la pitonisa de Delfos y le pregunta “dime cual es el camino de la sabiduría” esta le contesta CONOSETE A TI MISMO. El hombre es la medida de todas las cosas.
La autoestima es esta, amarse sanamente, yo estoy primero:
1) si no aprendo a aceptarme, jamás aceptare al prójimo.
2) Si no tengo misericordia conmigo mismo, jamás voy a perdonar los defectos de alguien.
3) Si no dialogo conmigo mismo en la meditación, jamás voy a aprender a dialogar con mi hermano.
4) Si no busca la paz en mi mismo, jamás voy a tener paz para compartir con alguien.
5) Si no comprendo mi desesperación y mis miedos como voy a dar una luz de esperanza a alguien que lo necesita.
6) Como voy a decir a una persona se valiente, supera tus miedos si yo no supere los míos. Y así podemos enumerar muchos ejemplos. No puedo ser un ciego que quiere ayudar a otro ciego.





Casi todas las enseñanzas religiosas o se las enseño mal o el hombre las comprendió mal.
De los mandamientos religiosos de dos grandes movimientos que son el Judaísmo y el Cristianismo se quedan en el dar, o hacen hincapié en que el movimiento principal es el dar.
Creo que debemos pensar en dos cosas primero: “COMO A TI MISMO” Y “CONOCETE A TI MISMO”