Este conocimiento nos lo hace saber la Lic. Maripi Gadet, autora de Secreto de Belleza Natural (GRIALBO).
“Hace milenio que culturas orientales utilizan cuencos de metal con fines terapéuticos y meditativos. Los cuencos de cristal de cuarzo poseen una estructura molecular en forma de espiral, muy similar a la del ADN.
Y proyectan un modelo de onda alfa igual al que emite el cerebro en estado de relajación profunda. Los sonidos y vibraciones de los cuencos de cuarzo tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales, favoreciendo la relajación. Por ello, el terapeuta hace sonar los cuencos cerca del paciente para canalizar tanto el sonido como la vibración.
A través de un suave golpe se obtiene un sonido similar al de una campana, mientras que la frotación circular del borde superior general la vibración terapéutica. Por el principio de resonancia, una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil o disarmónica. Su onda sinusoidal crea un sonido multidireccional de elevada frecuencia que se expande por todo el organismo.
Las vibraciones repercuten en la columna vertebral, que actúa como vehiculo de resonancia, y se extiende a través del sistema nervioso a células, tejidos y órganos.
Científicos estadounidenses aseguran esta vibración estimula las neuronas a realizar sus conexiones, lo cual influye en la capacidad cerebral y en el desarrollo de la conciencia.
Su poder armonizador produce un reordenamiento de las energías que favorece un desbloqueo energético y emocional. Mejora el sistema inmunitario, la depresión, los estados de ansiedad, tristeza y estrés. Es eficaz en el tratamiento de hiperactividad, insomnio, desordenes en la falta de concentración y dificultades de aprendizaje”
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