7 de abril de 2009

EL PODER DE LA EMPATIA

0 comentarios
 
Un día, un príncipe se vio poseído por la convicción de que era un pavo. Nadie pudo disuadirlo de comportarse como un pavo; y el príncipe acabo viviendo debajo de la mesa, desnudo y comiendo migas del suelo. El rey hizo venir a los médicos mas prestigiosos para que trataran a su hijo, pero el príncipe continuaba igual.

Un buen día, llego un sabio a palacio diciendo que el podía ayudar al príncipe. El hombre se desnudo, se coloco debajo de la mesa y empezó a comer migas. “¿Quién eres?, pregunto el príncipe pavo”, “Soy un pavo”, respondió el hombre, lo que satisfizo al príncipe.


Al día siguiente, el hombre volvió e hizo lo mismo, pero esta vez se puso una camisa. “¿Por qué llevas eso?”, pregunto el príncipe “Se puede llevar camisa y seguir siendo un pavo”, explico el hombre. Así que el príncipe también se puso una camisa.




Al día siguiente el hombre se puso sus pantalones. Misma pregunta, misma explicación, mismo resultado. Y así sucesivamente con toda la ropa, hasta que el príncipe, siguiendo el ejemplo del hombre, salio de debajo de la mesa y se incorporo. Después de una semana, los dos estaban completamente vestido, sentados a la mesa y cenando con el rey.



“NUESTRA TAREA DEBE SER LIBERARNOS A NOSOTROS MISMOS, AMPLIANDO NUESTRO CIRCULO DE COMPASION PARA ABRAZAR EN EL A TODAS LAS CRIATURAS VIVIENTES Y LA TOTALIDAD DE LA NATURALEZA Y SU HERMOSURA” ALBERT EINSTEIN.