4 de julio de 2009

EL ESTRES QUE NOS SALVA Y EL QUE NOS VUELVEN LOCOS

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Todas las mañanas, mi primo y yo teníamos el trabajo de ir al cerco, donde pastaban los animales y traerlos al corral.
Ahí, antes de la salida del sol, se maneaban a las vacas a la par de sus respectivos terneros y se las ordeñaba.


A media mañana, ya sacada la tarea con los animales, nos gustaba jugar con los novillos, ya que eran mansitos, dándoles un poco de azúcar ellos nos seguía por todo el corral.


Un día, entro con nosotros al corral, molof, el perro preferido de mi abuelo y empezó a molestar al toro. Este nunca nos hizo nada, pero se enfado tanto este pobre animal, que por querer apartar a molof de este, me empezó perseguir a la vuelta del mismo, no se de donde saque agilidad y fuerza, ya que salte el alambrado de una determinada altura, sin tomar conciencia de que me podría haber quedado enganchado en las púas que este tenia.
Es el peligro, una situación límite en la que se pone en juego nuestra seguridad es la que nos lleva a realizar toda una hazaña de vida o muerte.
Todo mi cuerpo se tensiona para huir o luchar contra un peligro inminente.
Estas fuerzas interna, que se desencadena también es estrés que en este caso es un mecanismo de defenza o supervivencia.
También al estrés lo experimentamos cuando nos sentimos inseguros, ya sea por presión en el trabajo, por situaciones económicas que nos vulnera al no tener lo indispensable para vivir, los problemas de pareja, falta de dialogo con la familia y la soledad no asumida y resuelta etc.


Lo que esta en peligro, ante estas situaciones que produce el estrés, es la satisfacción plena como ser humano. Como reacción ante estos hechos, de gran carga de emociones negativa sentimos: inseguridad, rabia, perdida del sueño, tensionamiento en el cuello, hombro y espalda, fuerte estado de ansiedad que nos lleva a tener un apetito desordenado y en el otro extremo es cuando somatizo por medio de una gastritis, en el peor de los casos se desencadena una ulcera de estomago.

Se vive procesos de mal humor y como consecuencia de eso, la vida afectiva se reciente en todo sentido con todos los vínculos que tenemos.

Para ello:

1) Ante esta situación, es imperioso tomar conciencia del proceso en la que estoy inserto.

2) Observar aquellas reacciones por medio de la cual, el cuerpo nos advierte que esta soportando una fuerte presión emocional, que nos tensiona y se somatiza.

3) Observar los estados de ánimos, como ser: depresión, angustia, tendencia a aislarme de los vínculos afectivos, sensación de abandono.

4) Ver los signos con la que el cuerpo nos advierte, ver cuales son las circunstancias y en que momento.

5) Desarrollar o tomar conciencia de mi mismo y de mi cuerpo, tomando conocimiento de mis sensaciones, emociones, pensamientos. Ver la causa directriz o motor que desencadena estos procesos.

6) Responder con conciencia, dando respuestas a neutralizar la causa que la produce. Por ejemplo: si estoy soportando la presión laboral para cumplir con algún objetivo impuesto, tomarse unos diez minutos, mínimo cinco, sentarse y cerrando los ojos concentrarse en la respiración, observando la entrada y salida del aire. Esto me ayudara a relajarme. Separar las cosas urgentes de las importantes y puntualizar la actividad en las cosas importantes que hacen al cumplimiento del objetivo.

7) Cuando tenga momento de ansiedad, seguro que esta situación me llevara a realizar ingesta. Trate de ingerir, frutas o en su defecto coma una ensalada. Tomar como mínimo un litro de agua, lo normal dos litros, disminuir o erradicar la ingesta de café.

8) Aprender a escuchar. Si una persona esta molesta, no es con nosotros sino es consigo misma, ya que algo en nosotros le ha molestado y proyecta en nosotros ese malestar. Aprender a escuchar con empatía sin involucrarnos en el malestar del otro, por más que el, molesto me quiera llevar a su terreno de beligerancia.

“SI ALGUIEN TE QUIERE HACER UN REGALO Y TU NO LO QUIERES ¿DE QUIEN ES EL REGALO?”, El mal humor de las personas son regalos que nos lo quieren dejar, por que ellos no los soportan en si mismos.

9) Ser conciente de lo que nos ocurre, ser responsables sobre nuestros estado anímicos. Por eso hay que vivir el aquí y el ahora. Los temores, motor del estrés se proyecta hacia un futuro hipotético que nunca ocurrirá como lo imaginamos, para eso, vivir el aquí y el ahora. Reducir el piloto automático, sacar de mi mente las cosas del pasado.

10) Complementar con gimnasia, salir a andar en bicicleta, hacer yoga, realizar dos veces al día meditación para encontrarme conmigo.

VIVAMOS PLENAMENTE LA VIDA, CON LA CURIOSIDAD DE DESCUBRIR NUEVOS HORIZONTES QUE NOS ENRIQUESCAN HUMANAMENTE Y CON CONFIANZA EN NOSOTROS MISMOS