1 de febrero de 2010

EL CUERPO Y LOS SENTIDOS COMO ELEMENTO NEGATIVO

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Desde la antigüedad el pensamiento humano estuvo avocado, a la búsqueda del origen de las cosas, de la vida, de lo diverso, es decir ¿Hay un elemento o causa que sea la causa de lo diverso? Así Tales de Mileto al ver la naturaleza se interrogaba ¿Cuál es el origen de todas las cosas?, llega a la conclusión que es el Agua. Ya que todos los seres vivos, necesitan de ella. Luego con el tiempo varios pensadores como Anaximenes, Anaximandro, Democrito, Heraclito, y cada uno con sus respuestas: el uno, el ser, el apeiron, el ser y el no ser.

Como así también, la misma experiencia de la vida, desde la vivencia del hombre, éste, la sentía como que existiese dos actividad importante, una es el mundo de los sentidos, y la otra considerada superior, por los pensadores de la época (siglo IV antes de Cristo), es el mundo de la ideas.
Así, algunos decían que lo verdadero es lo que nosotros sentimos, experimentamos y conocemos por medio de ellos, aunque esta sea cambiante como la realidad misma a la que nosotros arribamos.

Tal es así, que para Heráclito, la vida la sentimos o la experimentamos por medio de diversa sensaciones que nos da los sentidos, pero a su ves, cada una de estas, no la vivimos de la misma manera, podemos experimentar varios amaneceres frente al mar, pero no serán iguales. Si varias personas, están frente al mar contemplando el amanecer, estas la vivirán con matices diferentes.
La vida misma es como un río, el agua al que entras, en contacto con el cuerpo, no es la mismo a través de tiempo, por eso este pensador decía que nadie puede entrar al mismo río dos veces. La vida existencial es así, nadie puede experimentar un sabor, de la misma forma dos veces.
Como en este mundo, el ser y el no ser aparentemente es una realidad palpable, pero otros pensadores esgrimía que la única realidad es la que la razón construye. Esta construcción al que se llega por el camino de la negación de los sentidos y es tan solo por este, que se llega al mundo de las ideas. Platón expresa en el libro Fedon, que este camino la recorre aquel que busca la sabiduría, el sabio es aquel que saborea o contempla el mundo de las ideas en este mundo cambiante.

Un mundo en la que toda realidad es inmutable, un mundo que es la luz para todo aquel que busca la verdad. El mundo de los sentidos, en cambio es el no ser, de lo perecedero. Para platón en este mundo que es perfecto, al que tan solo los filósofos pueden alcanzar, ya que ellos son los que buscan la sabiduría, ya que ellos buscan el ser, las realidades perennes del mundo ideal.
Este filosofo de la antigüedad, la realidad sensible eran la fuente del no ser, el ser humano quedaba atrapado por la apariencia de la realidad y nunca llegaría a gustar de la idea de BIEN, VERDAD Y BELLEZA. Ahí viene el término sabiduría, de sapere, que es gustar, degustar, contemplar los bienes que no perecen.



Este esquema de razonamiento, llevaron a los pensadores desde la antigüedad a tener una visión pesimista de los sentidos y del cuerpo. Como los sentidos me hace vivir esta experiencia cambiante y el cuerpo esta perturbando con sus necesidades e impidiendo la vida contemplativa, obstaculizando ese transitar hacia el mundo de las ideas (para la antigüedad, para el cristianismo es el reino de los cielos). Es el cuerpo como un burro al que tengo de doblegar y poner rienda y dirección a sus apetencias.
Esta visión pesimista del cuerpo y sus sentidos en la concepción del hombre que tenían los filósofos, esta se agrava con el pensamiento de la iglesia tomado fuera de contexto, ya que los impulsores eran cenobitas, ermitaños y como única condición para salvarse era el estilo de vida que profesaban, concepción de la vida cristiana que se dio en los primeros siglos después de cristo
“Orad mucho por que la carne es débil”, “Vivid en el mundo sin ser del mundo”
Estas ideas pesaron mas en la vida moral del cristiano, era necesario no vivir una vida lujuriosa y pecaminosa, de lo contrario no iban a entrar en el reino.
Estaba prohibido sentir, vivir sin un previo estricto control de la razón, ésta es la que da el marco de lo permitido, hasta donde puedo yo disfrutar del uso de los sentidos.
El disfrutar estaba circunscripto a lo justo y necesario para la vida, en cuanto esta, está orientada hacia una vida futura.
Durante muchísimo tiempo, el ser humano se fue negando a si mismo y con ello toda la capacidad que Dios, (la vida, la naturaleza, el ser, la verdad etc., como ustedes quieran llamar el origen de la vida), le dio para sentir y a expresar.