8 de febrero de 2010

Los Sentidos, el Alma y el Cuerpo en Platon

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Cuando el hombre empieza a realizar los primeros interrogantes, tiene dos experiencias: uno le da los sentidos, cuyo soporte es el cuerpo, el otro es el razonamiento, que de la diversidad de lo cotidiano busca la unidad, el origen, el génesis de las cosas, el origen de lo circundante. Todo lo opuesto a lo que le da el mundo de los sentidos.
Pero como el acto de sentir, cual ventana que me abre al mundo, nos hace experimentar que la realidad es cambiante, ya que una cosa esta, mañana no, o una cosa es de una forma y luego cambio. Toda esta realidad en movimiento que llega a uno, no es fiable tenerla en cuenta para la construcción de un saber verdadero. Por eso para Platón llega a la necesidad de un mundo paralelo, el mundo de las ideas. Ahí esta lo estático, lo seguro que el filósofo tiene que alcanzar.
La concepción de filosofía, que se tenia en esta edad de oro de la antigua Grecia, no era considerada como una ciencia sino mas bien como un estilo de vida por medio de la cual, el filosofo alcanzaba la perfección. La filosofía en si, es también un camino de purificación y búsqueda de la sabiduría, El filósofo por medio de la contemplación gusta anticipadamente el mundo verdadero al que el alma tiende, que es el mundo de las ideas.

“-¿Cómo, Sócrates?
-Yo te lo diré -respondió-. Conocen, en efecto, los deseosos de saber que, cuando la filosofía se hace cargo del alma, ésta se encuentra sencillamente atada y ligada al cuerpo, y obligada a considerar las realidades a través de él, como a través de una prisión, en vez de hacerlo ella por su cuenta y por medio de sí misma, en una palabra, revolcándose en la total ignorancia; y que la filosofía ve que lo terrible de esa prisión es que se opera por medio del deseo, de suerte que puede ser el mismo encadenado el mayor cooperador de su encadenamiento. Así, pues, como digo, los amantes de aprender saben que, al hacerse cargo la filosofía de nuestra alma en tal estado, le da consejos suavemente e intenta liberarla, mostrándole que está lleno de engaño el examen que se hace por medio de los ojos, y también el que se realiza valiéndose de los oídos y demás sentidos;
-¿Y no es cierto que en el momento de sentir tal afección es cuando el alma es encadenada más por el cuerpo?
-¿Cómo?
-Porque cada placer y dolor, como si tuviera un clavo, la clava al cuerpo, la sujeta como con un broche, la hace corpórea y la obliga a figurarse que es verdadero lo que afirma el cuerpo. Pues por tener las mismas opiniones que el cuerpo y deleitarse con los mismos objetos, por fuerza adquiere, según creo, las costumbres y el mismo régimen de vida que el cuerpo, y se hace de tal calaña que nunca puede llegar al Hades en estado de pureza, sino que parte allá contaminada siempre por el cuerpo, de tal manera que pronto cae de nuevo en otro cuerpo y en él echa raíces, como si hubiera sido sembrada, quedando, en consecuencia, privada de la existencia en común con lo divino, puro y que sólo tiene una única forma.
-Grandísima verdad es lo que dices, Sócrates -dijo Cebes. ”
QUINTA PARTE Prueba basada en la indisolubilidad de lo Simple [77a-84c] del Libro Fedon de Platon

Este pensamiento, al que se considera al hombre como dos realidades distintas, una superior que es el alma y otra que es el cuerpo. No muestra al hombre como una unidas substancial(cuerpo y alma), sino como una dualidad, en la que el cuerpo es la cárcel de alma, no quedándole otra opción a esta, que liberarse de esta cárcel y el único camino que la llevara a tal liberación es la filosofía.
Aquí hay que tener en cuenta el sentido negativo de nuestra corporalidad y con ella de todo lo que este siente. Esta cosmovisión o cultura de ver al hombre se afianza con la vida cenobita dentro de la iglesia. Los ermitaños y luego la vida monacal era el estilo seguro para alcanzar (ya no al hades o mundo de las ideas, el mundo perfecto), el Reino de los cielos.

Este pensamiento que corrió y se alimento dentro de la Iglesia hasta nuestra época, nos trae siempre una concepción escrupulosa de que se debe sentir y lo que no. Si gozar de algo es pecaminoso y obstructivo para entrar el Reino de los Cielos. Esta actitud prejuiciosa de mi cuerpo, que nos llevo a tener miedo y no experimentar las necesidades humana, ya que algunas veces sentir en exceso puede ser pecaminoso.
Tenemos que tener en cuenta que es hermoso gozar lo que es permitido sin dañar al cuerpo. Ya que este es lo que me identifica y con el me relaciono y es lo que yo soy.