5 de septiembre de 2008

GENESIS DEL YO

0 comentarios
 
Descubriendo al yo soy




se que estoy acá, es agradable,

y se que estoy en este espacio,

soy el que soy

mi experiencia,

quizás podemos decir, vivo,

no conozco el concepto muerte,

siento un acompasado sonido,

es distinto a lo que soy

siento sensaciones agradables

de alguien que me contiene

esta oscuridad armoniosa,

este cielo escondido

plenitud endeble

se que estoy vivo



en esta quietud

hay vibraciones agradables

armoniosa,

lo que me contiene esta vivo

sin hablarme me trasmite todo

hay sensaciones y sonidos,

pero mas que oírlo, lo percibo,

se que estoy vivo



lo que me contiene sonríe

siento y sonrió

siento lo que me da el continente

siento que soy otro, contenido,

tan solo son sensaciones,

vibraciones, que se siente

sin tener todos mis sentidos



esta fuera de mi

y viene a mi

la naturaleza me llama

y marca el camino

es todo presente,

mas allá de mi mundo,

me llaman,

percibo un cambio,

mi naturaleza marca un destino,



estoy perdiendo movimiento

siento dimensiones,

que antes en cuenta

no lo había tenido,

siento un orificio,

que succiona otra parte de mi,

me calma, me da alivio.

pero todo hace referencia a mi,

todo es uno, y distintos en uno soy,

mas mi mundo no me puede tener,

ha envejecido,

algo va a cambiar,

y en el cambio la naturaleza

grita por estar vivo,

ya sin movimiento, lucho

se que hay un cambio

se que sigo vivo



Aunque parezca un simple poema, pero en el nacimiento o génesis del yo o la determinación del mismo, se da atreves de las primeras sensaciones que tiene el niño desde el vientre de su madre.


Esta es la primera experiencia de vida, que ellos y nosotros hemos tenido. Alguna de estas ha sido demasiada fuerte que puede marcar para toda la vida.


Hay bebes que desde el vientre de la madre, metódicamente se le hizo escuchar música clásica, con mas precisión las obras de Mozart. Después a muy temprana edad el bebe sentía calma o serenidad al escuchar Mozart.
En algunos casos se comprobó que haciéndole escuchar el latido del corazón de la madre, los bebes con dolencia graves, se recuperaba mucho mas rápido que aquellos que no lo hacían.


Eso nos hace tomar conciencia que en determinada situaciones limites, de dolor, el recuerdo de la armonía de ese paraíso perdido, da fuerza adicionales para recuperarse.