16 de abril de 2009

ANTES

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Antes... hace mucho tiempo


era un páramo desierto


esta tierra mía.


Las espinas crecían sobre los campos


sin siembras y por las noches


la luna enhebraba hilos de luces


para bordar los montes y sus penas.


Después... llegaron labriegos,


hombres de espaldas anchas,


sus frentes pobladas de siembras...


hincaron arados, con esperanza de acero,


simétricas líneas verdes se extendieron


y maduraron los frutos,


dulces poemas de la vid en sueños.


La tierra quedó de bruces


después de regalar su ofrenda


y se murió la tristeza


que prendía en sus negras ojeras


Adela Alvarez Faur