
Un místico, llamaba la atención por su estilo de vida, solía rezar a menudo y cada vez que lo hacia, terminaba su oración con una profunda gratitud por lo que vivía, por lo que recibía, por la existencia misma. Solía expresar “Señor es tanta tu compasión y la abundancia de tus dones que me siento abrumado. ¿Cómo podré pagar todo el bien que me das?, aparte de mi pobreza y mis lagrimas no tengo mas...