Siempre se hablo, se escribió muchísimo respecto a ese sentimiento tan hermoso el amor. Pero cuando se aborda un tema tan medular, pero también con aparente inconsistencia, lo único que sentimos es la necesidad de comprender y aprender algo que rebasay tratamos por todos los medios de poner limites, definir.
La razón descansa cuando tiene algo frente si para poder comprender. Ponerle fin, la acotamos y es una cualidad de la razón. La razón para comprender la realidad necesita ponerles límites, transformarla en unidad, para ver diferencias, cualidades y clasificarla y distinguir en que se diferencia de otra cosa. Hasta diríamos, “cosifica la realidad para luego organizarla”, La razón es reductora, reduce toda realidad y experiencia humana a una entidad manejable, y sentirse segura de que la misma no se le escapara de la mano.
En cambio el corazón, esa caja de resonancia de todas las vivencias humanas, es avarcativa, cambiante, no experimente tan solo vive, no reduce tan solo deja pasar la realidad.
Cuando se racionaliza el amor tan solo podemos enumerarlo, o identificarlos con otros concepto, el amor es: respetuoso, servicial, todo lo soporta, es perdón, es cordial, es magnánimo, no se gloria de si mismo, etc.
Pero estos son concepto o etiqueta que la razón busca para comprender el amor, pero el amor es escurridizo. Es personal, es propio del hombre sentirlo y la capacidad de sentirlo es única e irrepetible.
La forma como el hombre lo interpreta, define, explica, o diciéndolo de otra forma, codifica todas esas sensaciones llamado amor, lo único que hace transmutar estas sensaciones del corazón, transformándolos es conceptos fríos, abstractos y estáticos.
Pero como son conceptos que se graba y habla de una realidad del corazón, resulta que los conceptos pueden durar en el tiempo, pero la experiencia de amar es univoca y personal responde a la experiencia de nuestro ser, pero al describirlo lo estamos cultural izando a esas vivencias únicas.
El hombre de las cavernas no hablaba del amor, no conocía el concepto amor. Esas sensaciones que se siente al ver al ser amado, que me hace sonreír.
Pienso que la primera experiencia del amor se da cuando uno empezamos a respetar (nos), a aceptar (nos), comprender (nos), que hermoso es aceptar, comprender, dialogar pero esos dialogo que salen del alma, que tan solo una mirada te provoca una sonrisa y ese gozo en el pecho.
Que hermoso es ver esa mirada cargada de sensaciones que te hacen estallar por dentro. Que hermoso y acogedora, plenificante, valorizante es recibir una mirada lleno de aceptación.
Esa mirada es milagrosa, sanadora, resucitadora, es vida.
El fin de semana pasado con mi mujer, como quien se comparte unos momentos alquilamos una película titulada “SIEMPRE A TU LADO”.
En ella muestra la vida de un profesor de música que un buen día, sin el buscarlo o desearlo encuentra un perrito en la estación de tren, en la que cotidianamente utilizaba para ir a trabajar. Trato de mil y una formas de deshacérselo de encima, su esposa no lo aceptaba en la casa, ella no era una persona no afecta a las mascotas.
Pero como cosa del destino pudo con el tiempo el animalito fue ganando terreno y logro quedarse en ella.
Tan solo se ve simplemente la relación de corazón a corazón, tan solo el compartir la vida, ya que los protagonista tan solo comparten y no dialogan sobre religión, política, sobre lo bueno o lo malo bajo la faz de la tierra.
Tan solo en el tiempo, van acercando sus corazones y en las vivencias cotidianas van anclando sus corazones, uno en el otro.
Y esto es amor por sobre todas las cosas, ese movimiento o esa energía que me moviliza a buscar al otro, por que el corazón desea eso, estar a la par de esa persona y es bueno que así lo sea.
Esa fuerza que sale del pecho y al mirar al ser que uno ama tan solo, esta energía me cambia el rostro, la mirada es distinta. Uno lo puede experimentar, el que esta abierto a este movimiento en la mirada de un hijo. Si bien les cuento que tengo 5 preciosos y bellos hijos y cada mirada de ellos en un mundo abierto y transparente ante mi persona.
Amor, si amor, esta bendita palabra, mas que entenderla hay que vivirla tan solo vivirla. Cuando entra la razon con sus valores...... bueno ese es otro tema a tocar.
Muchas veces pasamos gran parte de nuestra existencia lamentándonos por la situación actual, como que ya nos hemos acostumbrado a ello a tal punto que la utilizamos frescamente como una muletilla o excusa para iniciar un dialogo, como si lo mas positivo para preparar el encuentro con otra persona es contándole una queja cotidiana o con el popular interrogatorio.
¿Qué calor hace?
¿hasta cuando?,
¿no vio la tv?, en la localidad de Ancas Flojas murieron 3 ancianos como consecuencia de esta ola de calor.
Hay pobres, ¿se habrán expuesto mucho al sol?, ¿se habrán insolado?.
No vecina, se ahogaron, no le dije que era una ola de calor.
En fin, la vida la contamos muchas veces en capítulos al mejor estilo del arte dramático, everyday life, la vie quotidienneen, la vida cotidiana, la sentimos con el endoso existencial del deseo por lo contrario, siempre ha y pesar pero con el deseo esperanzado del final feliz. Añorando los días frescos cuando sentimos que el calor nos agobia o lo contrario.
¿Quien conforma al corazón del hombre?
¿Que ser humano no ha deseado momento de paz y felicidad, desde la profundidad del sufrimiento?,¿ el deseo de encontrar el amor de su vida, desde el camino oscuro de la soledad?.
También se vio que cuanto mas intenso es este deseo, mas se aferra a la vida.
No nos vamos a preguntar si el sufrimiento es necesario, pero ¿que es lo que lo provoca?.
Me acuerdo que tenia 16 años y me había enamorado, a tal punto que me decían amor, por que estaba sordo, ciego y pe@#€tudo, mi madre me decía afligida al verme en mi desazón me decía, “que te hizo esa chinita, ¿te ha engualichao?
Mi abuela que tenia otra óptica, con la paciencia y la sabiduría que da la edad, me dijo Aguante mijo, por que todo lo que no mata fortalece”.
Todas las sensaciones e imágenes que nos llega por medio de los sentidos, son puros, son estímulos que nos llegan a nosotros, la mente es la que da la valoración de si es bueno o malo, la mente pone sentido a las sensaciones y ahí esta el tema en cuestión.
Muchas veces podemos sentir emociones pero esta tan solo vienen y van en la vida, pero si le damos importancia nos puede llevar por un camino oscuro e infernal.
En el acto de sentirlas, se pone en juego todo nuestro bagaje cultural y familiar la que ante determinadas circunstancia uno le da la magnitud, no es que ellas las tienen en si misma, somos nosotros la que le damos color a todo lo que nos viene de afuera.
Existen 6 categorías básicas de emociones.
MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.
Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones:
MIEDO: Tendemos hacia la protección.
SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
IRA: Nos induce hacia la destrucción.
ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).
TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.
Pero para trabajar a cada una de estas, tenemos que estar posicionados para poder trabajar con ellas, si nos dejamos arrastrar por un cuadro de angustia seguro que caeríamos en una psicosis depresiva, pero si desde mi propio interior observo que es lo que me angustia y cuales son sus raíces, entonces estaremos en un camino que nos llevara a sobreponernos de este estado.
Las emociones es parte de nuestra naturaleza, están para ser sentidas, las que nos hacen crecer y adaptar al medio, o como ser humano a dar respuestas asertivas.
Las emociones no pueden ser controladas desde afuera sino deben serlo desde adentro de nuestra vida.
Vivir significa conocerse y ese conocimiento es le que nos permite relacionarnos con el otro y con nosotros mismos.
Gozando de esta ducha reparadora, dejando que el agua se escurra libremente por mi cuerpo, como si se llevase lo que quedaba del devenir del día.
Sin ningún apuro, ni obligaciones que precipiten el quehacer, ni necesidad que mueva mis músculos, tan solo seco mi cuerpo. En mis pantorrillas la vida va dibujando mis venas, de distintos tamaños y sus bifurcaciones.
Como un navegante en la eternidad, con su nave que se avejenta en cada viaje, tan solo cierro los ojos, y siento el silencio que se extiende esperando el acontecer del día, es un nuevo movimiento de la vida y mi mente ante los estimulo que llegan, afanosa se encierra a descifrar las sensaciones y emociones del momento.
Como un respiro es la vida del hombre, a pesar de ello, se aferra tanto a lo que siente, a esas sensaciones fugaces que se renueva como torbellino, como si estaría bajo el efecto de un alucinógeno, quedándose en estas, como si fuese una verdad paralela, desorientando el rumbo de su verdadero viaje.
La vida es tan solo un paso, un viaje, una escuela en la que aprendemos al ser y nos aprendemos nosotros mismo y contemplamos su presencia y distinguimos la eternidad en la muerte cotidiana de lo tangible, pensar que el único combustible para llegar al SER es el amor.
Pero para ESTE, la eternidad es un invento de aquellos hombres que anhela liberarse de lo finito, de lo limitado, de lo cotidiana, de la fatal dualidad de su existencia.
Como cuesta la felicidad de los que están aferrado a las cosas momentáneas, por eso el hombre se enajena y enloquece perdido en el devenir de las cosas, olvidando que es luz, energía, sin tener en cuenta su bitácora de vuelo y su condición de viajero, se aferra a las sensaciones que recoge su nave.
En lo que queda de luz me uno al ser, el que me contesta YO SOY, no tiene principio tan solo ES y ESTA en la profundidad, en el anverso y reverso de la vida del hombre. EL SER DEL HOMBRE y su Existencia es tan solo una manifestación, de su pensamiento y un querer de su Voluntad.