Para llevar adelante un hogar hay que ser, economista, financista, licenciado en recursos humanos, especialista en control de stock, oficial en control de calidad al momento de realizar las comprar, Couch en terapias alternativas como para estar continuamente levantando el espíritu al grupo y por que no decir un licenciado en administración de empresa, tratando de buscar el máximo rendimiento en el usos de los recursos, con el menor gasto posible.
Si a esto le agregamos, la competencia laboral, que cada uno de los papas tiene que enfrentar cotidianamente, ya con la mentalización de que todo mi accionar esta direccionada a una respuesta eficiente y eficaz en mi medio laboral.
No tiene que haber margen de error, ya que estamos en un mundo frío y calculador.
En las grandes urbes, es notoria la indiferencia humana. Un amigo que esta viviendo en Capital Federal, Argentina, me contaba que llegada a determinada horas de la tarde nadie sale a la calle a caminar, y si alguien es agredido en un acto delictivo, muy difícil que reciba socorro. Ya que los mismos delincuentes suelen utilizar esta treta para hacer caer a los incautos, para luego perpetrar el robo.
Todo es control, planificación, cálculos, razonamientos, especulación, observación, etc.
En los tiempos que estamos viviendo, el hombre esta perdiendo la capacidad de asombro, la capacidad de sentir, la capacidad de experimentar lo bello, lo simple, lo espontáneo, la genuina manifestación de lo que sentimos.
Dentro de los estudios realizados por la Psicología Positiva, la Neurociencia, en los distintos scanners realizado al cerebro, se descubrió que cuando el ser humano realiza actividades puramente racionales y lógicos, como así también todas las órdenes de la actividad psicomotriz, la actividad neuronal se localizo en el hemisferio izquierdo.
Por eso el hemisferio izquierdo es el que calcula, resuelve cosas, analiza, determina las opciones más razonables y lógicas. El mundo en que vivimos nos exige, pensar, pensar pensar.
Pero cuando a un hombre, se lo somete a ideas representativas, imágenes cargadas de sentido etc., se observa que toda la manifestación de las emociones y sentimientos, produce un gran movimiento de energía en las neuronas alojadas en el hemisferio derecho.
Es el hemisferio derecho el que trabaja cuando el hombre manifiesta emociones. Es el que da sentido a las cosas en la que uno vive, es el que le agrega lo valorativo, el que da la sensación de amor, de paz.
Es la parte intuitiva y también lúdica, es la que hace sentir y descubrir la razón por la que se esta viviendo.
Es la parte intuitiva la que nos dice, como si fuera una voz interior, cuando nosotros hemos perdido de vista la orientación o el sentido en la vida.
Esta nos urge a continuar con aquello para lo que hemos venido aquí.
Mientras el hemisferio izquierdo nos afianza en lo cotidiano, desarrollando toda la destreza humana necesaria, el derecho busca el sentido de lo cotidiano, el sentido del ser, el sentido de la vida, el sentido de la existencia. Nos da la respuesta a la pregunto principar que nos deberíamos hacer desde la niñez ¿para que vivo? ¿Cuál es la razón de mi existencia?
Cuando nos perdemos, no escuchamos esta vos interior, y el sentido de la vida se nos desvanece y las preocupaciones diarias, la auto creencia de que todo lo podemos hacer con el poder de la voluntad, dejándonos arrastrar por el devenir de las PRE ocupaciones de lo cotidiano.
Esta perdida de sentido, esta perdida de paz, esta perdida de orientación, esta frustración que algunas veces sentimos el de no poder dar una respuesta satisfactoria a todas nuestras necesidades, se la siente en nuestro organismos. Muchas veces la impotencia se hace sentir en nuestra garganta y vemos cuantas personas padece de angina producto de un estado nervioso. Otras la padecen en el aparato digestivo, en el aparato respiratorio, en los intestinos etc. El cuerpo habla cuando hemos perdido esta vos de la intuición, la vos de los sentidos etc.
Algunas veces son determinados hechos de la vida la que nos hace despertar de este laberinto de quehaceres. En el hemisferio derecho es donde esta gravado la razón, la melodía con la que nos identificamos y que nos indica el sentido de nuestras vidas. Ella habla de nuestro destino.
“SI UN HOMBRE NO VA AL MISMO PASO QUE EL DE SUS COMPAÑEROS, QUIZAS SEA POR QUE OYE UN TIMBAL DISTINTO. DEJEMOSLE SEGUIR EL PASO DE LA MUSICA QUE OYE, SEA ACOMPASADO O IRREGULAR”
THOREAU.