Desde la época de Platón, cuando escribe la vida de Sócrates y su experiencia con la pitonisa de Delfos, la respuesta a la pregunta ¿dime, como puedo llegar a ser sabio? Ésta le contesta: “CONOCETE A TI MISMO”, experiencia y anécdota que se la recuerda como algo histórico.
Como también, la práctica religiosa del examen de conciencia diaria, en la que se dedicaba una hora para meditar, el obrar diario y el escribir nuevos propósitos en un cuaderno personal, para superar los yerros morales.
En el siglo XX con la Psicología profunda o psicoanálisis: la cura de todo tormento mental y del alma, esta relacionada con el pasado. Este pasado tortuoso quedo olvidado en las profundidades del ser y había que sacarlo a la luz del mundo presente. Este daba fundamento a los temores y comportamientos incomprendidos del ser humano.
Luego con la Psicología de la Gestalt, se analiza que el problema no está en el pasado del ser humano y en muchas ocasiones no esta en él, sino en la relación que él tiene con las estructuras o fuerzas psicológicas que entran en discordia con las estructuras personales. Así uno puede tener conflictos, que no podemos superar, que nos desequilibran como ser: La familia, la sociedad, el poder político, las amistades, el colegio. Dentro de la familia, puede que en la relación con la madre o con el padre, o la relación de los hermanos con la madre etc. podrían generar conflictos.
Pero siempre la relación personal esta volcada hacia fuera. En cambio el conocerse asimismo, este legado de Sócrates quedo reflejado en Oriente.
En este sector del hemisferio, se utiliza una palabra “LA ILUMINACION”.
Es que la iluminación, es la propia fuente de la vida de todos y cada uno. Es darse cuenta del hecho de que “YO SOY LO QUE SIEMPRE HE QUERIDO SER, Y NUNCA HE SIDO OTRA COSA” “SIMPLEMENTE YO SOY”
La naturaleza es algo, la naturaleza eres tú y tú eres fuente de vida, tu propia existencia, esta ira contigo a donde tú vayas. Si te pones en el fondo de tu casa o entras en contacto con la naturaleza y quedas en total silencio, a cabo de una hora experimentaras esto: “Yo Soy con y en la naturaleza. Te encontraras contigo mismo en la propia respiración, como único ser en armonía total con la naturaleza, como formando parte de una existencia total”.
A muchos desde temprana edad, se nos inculca un camino de felicidad, como que para llegar a ser feliz hay que hacer ciertas cosas y no otras. O Ser otras o como otras personas y obrar como ellas obran.
Menganito, fulanito, buda, Jesús, cada uno fueron en si mismos buscadores de la verdad. Ellos hicieron lo que en su interior escuchaban, esa voz interior, les decía que era lo correcto o que no lo era.
Hay una voz interior en ti, que te marca el camino y cuando la sigues te encontraras a ti mismo, rodeado de una paz interior y un regocijo único.
El camino esta en ti, deja de distraerte de la voces pasajeras que te lleva a dividirte a ser otro. Lo único que hay que evitar es aquello que te separa de ti mismo.
Nunca aceptes ningún criterio que te haga sentir desdichado. Nunca aceptes nada que intente imponerte algo en contra de tu naturaleza.
Hay personas que disfrutan de su desdicha, exagerando la misma, buscan la compasión ajena, sitiándose aceptadas cuando las personas que les rodean responden a sus requerimientos. Pero cuando esto no ocurre, muda sus desdichas, por otras nuevas y en la historia personal las acumula, cuando logra atraer a más personas, entran en una aparente tranquilidad.
Estas personas viven buscando afuera, lo que en realidad lo tienen que hacer hacia adentro, pero se han perdido así mismas, han perdido el camino que los lleve a la propia naturaleza y ser de la vida, al Yo Soy.
Muchas personas creen que amar es ayudar al prójimo. Confunden altruismo con amor, confunden amor con el deseo sutil de esperar aceptación de los demás. Las personas que no se conocen a si misma, que no ha descubierto en si misma al ser de la vida, son como un ciegos que guían a otro ciego. Como no se conocen, conoce el obrar y la vida de otras personas y creen que imitando su obrar es el camino de la salvación. ¿Pero de que hay que salvarse?
Conviértete en Mahatma Gandhi, conviértete en Dalai Lama, se como es Jesús, Se como Moisés, Se como San Francisco.
Cada vez que queremos ser otro distinto de lo que somos, nos quedamos fuera de uno mismo.
Tú eres tu mismo. Una cabra no quiere ser un elefante, no quiere ser un perro, es una cabra y morirá cabra. Tu naturaleza te identifica como único, como Yo Soy.
Cada uno en su lugar, hay que ser lo que la naturaleza nos dice. El hombre es el único que cuando no se conoce asimismo quiere ser otro. Es el único ser de la naturaleza que sufre ansiedad: 1) Por querer ser otro contrario a su naturaleza. 2) Por querer obrar de otra forma distinta, por no conocerse a si mismo y no aceptar su obrar. 3) Por querer tener lo que los otros tienen.