Desde que el hombre empezó a dar importancia a la palabra escrita, todo lo que es comunicación y expresión giro en torno a las oraciones, verbos, adjetivos, construcciones gramaticales, este crecimiento en la lecto escritura tiene en cada lengua su época de oro, así para la lengua castellana lo tenemos con las obras de Don Cervantes
La escritura tiene en la antigüedad una importancia que rosa con lo sagrado, así es a tal punto que estaba reducida a una pequeña casta de los elegidos, prestando servicio en el templo junto a los sacerdotes, eran los escritores con-sagrados, eran lo intermediario de las inspiraciones divina y la palabra escrita o lo que El inspiraba, a algún sacerdote del culto divino.
Este oficio celestial, escribir la palabra, “desde el principio existió el verbo, desde el principio existió la palabra”, los escribas en la antigua Israel era una casta muy noble
En la edad media, tanto en la temprana como en el alta, los que tenían la posibilidad de estudiar y tener el poder de la palabra, estaba reducido a la actividad monacal, tal esplendor llega a su máximo trabajo intelectual con San Benito, ya que su orden era la dueña de la biblioteca más grande de esa época.
Ahí los monjes, sabían griego, latín, arameo etc. Tradujeron todo la filosofía griega que venía de los filósofos y matemáticos turcos, como Averroes y Avicena entre otros.
Ellos estaban para escribir la palabra. Con el tiempo la tarea de escriba pasaron a ser miembro de la corte del rey o del imperio, era importante la comunicación y el entendimiento epistolar, toda la actividad económica estaba atado a la comunicación y esta hacia al progreso del reino.
Pero recién a fines del siglo 20, se empezó a tomar mas importancia al lenguaje gestual, y profundizando como uno se expresa nos damos cuenta, que una persona no nos resulta convincente cuando las expresiones gestuales del cuerpo no es acorde a la palabra oral.
Una persona, que se nos muestra expresando conceptos seguros, firmes y si estos va acompañado con una mirada a los ojos de su interlocutor, no tiene el mismo efecto, si este lo hace acompañando su discurso con miradas evasivas. Nos resulta desagradable, sentimos un tufillo a falsedad.
Lo importante no es que es lo que dice, sino como lo dice, como lo expresa. Así sentimos que una persona es integra, veraz, honesta, cuando al dialogar los gesto manifiesta o acompañan al unísono a la palabra.
Desde la década del 70 hasta el día de la fecha, se empezó a dar mucha importancia en el estudio de los delincuentes, su comportamiento corporal. En las distintas interrogaciones empezaron a descubrir el comportamiento del cuerpo, cuando se le estaban interrogando.
Ya que por más que el delincuente expresaba verbalmente una afirmación que lo podía deslindar de la responsabilidad de un acto delictivo, sus gestos denotaban que estaban mintiendo, porque sus expresiones gestuales de su cuerpo mostraban un alto grado de inseguridad en sus expresiones.
Se dieron cuenta que el lenguaje gestual o corporal puede ser tan comunicativo como el verbal. El lenguaje corporal puede comunicar hasta un 70% y el porcentaje restante cubre la palabra.
Este porcentaje que es un promedio base, puede crecer según la cultura.
Es que este lenguaje que corre paralelamente a la emisión de la palabra, con mi cuerpo puedo estar contradiciéndome, emitiendo un mensaje distinto.
Así en el psicoanálisis se descubrió que estos comportamientos corporales son la manifestación de un conflicto interno que me esta reclamando sinceridad y coherencia en el comportamiento humano.
El lenguaje corporal puede tener algunas variantes culturales que son aprendidas o socializadas desde pequeños. He aquí una lista de gesticulaciones que espero le ayuden. Es tomado de los cursos de psicología encontrados en emagister.com.
"¡Cuidado! Tus movimientos te delatan
El lenguaje corporal, que no es más que todo lo que tú trasmites por medio de movimientos o gestos, delata completamente tus sentimientos o percepción acerca de la persona con la que está interactuando.
Cuando conversas con una o varias personas, reflejas y envías miles de señales y mensajes a través de tu comportamiento. Así que presta atención y sácale provecho a los siguientes datos, porque tanto en tu vida laboral como en la personal, te serán de gran provecho.
ACTO LO QUE REFLEJA
Acariciarse la quijada Toma de decisiones
Entrelazar los dedos Autoridad
Dar un tirón al oído Inseguridad
Mirar hacia abajo No creer en lo que se escucha
Frotarse las manos Impaciencia
Apretarse la nariz Evaluación negativa
Golpear ligeramente los dedos Impaciencia
Sentarse con las manos agarrando la cabeza por detrás Seguridad en sí mismo y superioridad
Inclinar la cabeza Interés
Palma de la mano abierta Sinceridad, franqueza e inocencia
Caminar erguido Confianza y seguridad en sí mismo
Pararse con las manos en las caderas Buena disposición para hacer algo
Jugar con el cabello Falta de confianza en sí mismo e inseguridad
Comerse las uñas Inseguridad o nervios
La cabeza descansando sobre las manos o mirar hacia el piso Aburrimiento
Unir los tobillos Aprensión
Manos agarradas hacia la espalda Furia, ira, frustración y aprensión
Cruzar las piernas, balanceando ligeramente el pie Aburrimiento
Brazos cruzados a la altura del pecho Actitud a la defensiva
Caminar con las manos en los bolsillos o con los hombros encorvados Abatimiento
Manos en las mejillas Evaluación
Frotarse un ojo Dudas
Tocarse ligeramente la nariz Mentir, dudar o rechazar algo
TRUCOS
Usa tus ojos para hablar Los ojos son las ventanas del alma. La persona que mira limpiamente a los ojos de otros es una persona segura, amistosa, madura y sincera. Sus ojos y su mirada pueden decir tanto porque expresan prácticamente todas las emociones: alegría, tristeza, inquietud, tensión, preocupación, estimación o respeto. Por sus ojos muchas veces se puede saber lo que está pensando. Por eso, constituyen una ayuda poderosa en la conversación.
El uso adecuado de las manos Tus manos se pueden aprovechar muy bien para complementar tus palabras y dar mayor fuerza a tu conversación. No las utilices inútilmente y mucho menos para hacer cualquier cosa que distraiga a la otra persona. Tampoco las uses violentamente, palmoteando o pasándoselas casi en el rostro a la otra persona.
Cuidado con lo que tocas Hay muchas personas que siempre están dando palmadas en la espalda o tocando a los otros en los brazos, como para llamar su atención. Es bueno demostrar cariño, pero también hay que guardar el debido respeto a los demás. Muéstralo no tocando a la otra persona innecesariamente. Hay quien se siente muy molesto si le tocan, ten cuidado. Pero tampoco hables o escuches con las manos metidas dentro de los bolsillos porque eso denota indiferencia y mala educación.
Gestos que denotan impaciencia o aburrimiento La actitud física demuestra lo que el alma está sintiendo. Si alguien finge interés en una conversación, la otra persona se dará cuenta muy fácilmente por sus gestos y ademanes. Moverse nerviosamente o levantarse, cruzar y descruzar las piernas, moverse en el asiento o mirar constantemente el reloj demuestra aburrimiento y es una gran falta de respeto. Si tienes que mirar la hora, hazlo en el reloj de otro.
Aprender a sentarse Aprende a sentarte tranquilo y comportarte cuando se escucha. Reparte equitativamente el peso de tu cuerpo para no cansarte mientas estás sentado conversando. Si te sientas en el borde de la silla, es indicativo que deseas irte tan pronto como sea posible.
Si cambias constantemente de posición, estás expresando a gritos que estás aburrido. Si mueves incesantemente los pies durante la conversación, tu interlocutor pensará que estás molesto, inseguro, irritado, nervioso, cansado o aburrido. Sitúate en una posición cómoda y descansada que te permita respirar mejor y manejar mejor tu voz.
Control de la mirada Cuando estés hablando con alguien, no estés mirando a todos lados: a la ventana, al techo, al suelo o limpiando sus uñas. Tampoco mires morbosa y curiosamente los zapatos, pantalones, camisa o peinado del que habla. Mantén el contacto ocular, pero sin fijar en exceso la mirada: eso lo hacen los locos. De todas formas, si quieres fijar la mirada durante mucho tiempo en alguien sin cansarte psicológicamente, mira su entrecejo. Para el otro/a no hay diferencia.
Control de las expresiones del rostro ¡Sonríe! Intercalar sonrisas cálidas y francas en la conversación transmite confianza, alegría y buena disposición. Sin embargo, no exageres. Sonreír demasiado frecuentemente puede convertir el gesto en una especie de mueca y dar la impresión de que es algo hueco, vacío y fingido. Apretar exageradamente los labios puede delatar que tienes dudas o desconfianza acerca de lo que el otro está diciendo o sugerir que no estás expresando realmente lo que piensas o sientes.
Conclusiones: es importante a aprender a observar nuestro cuerpo, por que el me puede estar diciendo cual es la dirección donde tengo que encarar mi vida. Los gestos pueden ser un indicio de lo que me frustra, de lo que me puede llevar a una situación traumática sin resolver por falta de observación.
Una sensación de dureza en el abdomen, una expresión en mis manos o en mi forma como afronto a mi interlocutor en un dialogo.
Y desde aquí vuelve a resonar las palabras de Sócrates: ¿dime cual es el principio de la sabiduría, como la encuentro? Le pregunto a la pitonisa de Delfos. Esta le contesto tan solo “CONOCETE A TI MISMO”