9 de septiembre de 2008

ILUSION - DESILUCION Y REALIDAD

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Como brisa suave

Esa brisa suave,
acaricia mi rostro,
pasa jugando con las fragancias
a azahares.
La vida despierta en nosotros.

No cesa de pasar agua en el río,
como las simplezas de la vida
y no las miro.
Como la mirada tierna
que endulza a los ojos.

¿Cuando me darás
la destreza del cazador,
que tiene a su presa
a la distancia de un tiro?

Tan certera es la casa,
De cosas reales
Y no de sueños por la que hemos
Sufrido.

Cosas simples,
sin muchos detalles,
pero cuando me alejo de ellas,
la vida me lleva por las calles
entra en mi ser nuevas ilusiones,
con la duda y el temor
yo muero y suspiro.
Sin saber donde
empiezas tu,
que pone en juego
mis Verdades.
Sin artificio, ni detalles,
la razón vuela en ella,
a su antojo.
Como el águila por los aires,
la belleza de una flor,
aunque sea un esbozo,
de una superior.

Como el amor,
que transforma al corazón
en un verde valle.
Dando vida y colorido a su latir,
es mas que un músculo,
con su rítmico
sonido monótono.
y cuando le inunda el gozo,
distinto se deja oír,

Es el sonido de la vida,
el bien que perseguimos nosotros
y encallamos en mil y una playas.
Ese aprendizaje a traspié,
un viaje de ida
hasta que llegamos
a contemplar tu Rostro.

Muchas veces pasamos nuestras vidas corriendo detrás de nuestras ilusiones. En ese ilusionarnos soñamos tan alto que cargamos tantas expectativas, que nos henchimos de ingravidez y empezamos a volar, dejamos de pisar la tierra.

Muchas veces hay llamados de atención que nos dicen “deja de soñar”. Algunas veces esos sueños se desvanecen ante la realidad que nos presenta momentos circunstanciales, o algún ser querido nos hiere o no responde como esperábamos, y como habríamos apostado mucho, nos desilusionamos, sufrimos.

El o Ella o sino esta persona…. me desilusiono. Quizás tenemos esa conducta que la repetimos una y otras veces. Creemos que todo es mala suerte, que todo nos sale mal y nos desilusionamos de nosotros mismos, de lo demás y de nuestra propia vida. Ante estos hechos caemos abatidos.


Nos paramos del golpe, sin mas remedio nos dejamos llevar por el torbellino que la existencia misma nos plantea con pautas culturales de consumos y de la moda. Pero quedamos con esos resentimientos que cargamos con un peso extraordinario, ya que cuando ocurre hechos similares asociamos y nos amargamos.

Volvemos para hacer una mirada retrospectiva hacia el pasado y vivimos las vivencias desgarradoras. Hay personas que viven mirando hacia atrás y revisando continuamente su carga. Su carga que le hace sufrir, es importante y de ves en cuando revisa y ordena sus propios sufrimientos. Como si fuera que sufrir le ayuda a reafirmar su propio yo.



La vida es un viaje de ida y el tiempo al que lo tenemos conceptuado con el futuro y el pasado. Pero el pasado no existe en la realidad donde se hace la persona, lo mismo ocurre con el futuro por que todavía no paso por mi existir y a pesar de todo para muchos el presente, no es relevante. Cuan importante es ir tirando, des-haciéndonos del pasado, despojándonos de tantas cosas que llevamos y que no nos hace falta. ¿No seria más ligera y hermosa la vida?

Que importancia es no soñar sin fundamento en el futuro. El futuro como todos los proyectos que nosotros realizamos o deseamos, se lo espera proyectando el presente a lo que yo quiero lograr en la vida. De esta forma la esperanza es una espera activa en el presente. Voy haciendo mi presente para que el futuro llegue como lo he planificado.

Muchas veces tenemos que detenernos para ver que es lo que llevo y preguntarnos ¿Qué necesito llevar para vivir en felicidad? Creo que el secreto esta en vivir el tiempo presente, el aquí y el ahora. Encontrarme conmigo mismo he ir aceptando, mi cuerpo, mi formas, descubrirme como persona. Mirarme al espejo todo los días, diez minuto, he ir amándome sanamente un poquito mas. Ir tomando conciencia de que YO SOY la medida de todas las cosas.-
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8 de septiembre de 2008

La Persona

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Sabiduría en el amor

quien me prestará la paciencia,
y la sabiduría del artesano,
teje en el tiempo su ciencia,
acariciando a la materia con su mano,
desentrañando las esencias,
que en su ser tiene creado.
como armarme de paciencia,
para plasmar la idea de amor, amando.
Como poner en el presente, mis pertenencias,
para que tú me vayas asimilando?
Como sabría, si produciría dolencia,
lo que dibujó en mi ser, el pasado?
Lo de menos son mis arrugas y mi presencia,
sino mis temores y heridas que no han cerrado.
Que sabiduría exquisita y que eficiencia,
el saber amar y sentirse plenamente amado.

Muchas veces caminamos por el centro u observamos en el colectivo vemos a los seres humanos con tan variadas formas: uno alto, bajos, medianos, blancos, negros, trigueños, narigones, con labios carnosos o finos y nos sentimos extraños ante tal diversidad, cada uno encerrado en su mundo de pre-ocupaciones y en sus rostros hay una gran variedad de expresiones.

Mucho más lo notamos cuando estamos invitados a una reunión en los que los cánones de comportamientos o usos sociales son muy diferentes a los que fuimos educados o a los que usamos en nuestro medio, nos invaden una sensación de des-ubicación como si hubiera una barrera invisible difícil de cruzar.

Todas estos sentimientos nos hace sentirnos únicos y a su ves distintos de los demás, distinto de el, el Tu se presente como alternativa existencial que llega a mi vida. El otro mato nuestra peculiar indiferencia y nos hizo experimentar el aquí y el ahora. Él TU logro despertarme y él Yo se sintió distinto y que no esta solo en la naturaleza.

Cada uno tiene como primera experiencia personal, el descubrir que es un ser único, pero a sus ves con sus necesidades primarias la del YO. La primera experiencia es siempre la que nos lleva a buscar el sustento como persona, y satisfecha esta, nos volvemos al medio que nos rodea.
Del Yo al Tu hay un abismo por cruzar y se cruza cuando yo voy descubriendo que mis necesidades son semejantes a las de Él.
Sentimos, soñamos, deseamos, anhelamos, construimos nuestro universo en base a valores materiales, morales, espirituales. Vemos que estos sentimientos trascienden a toda clase social y lo que cambia es la forma de manifestarlo.
Gano el equipo de fútbol favorito de un Tu que vive en los barrios marginales, este expresara su alegría escuchando cumbia villera y tomando una cajita de vino o el cajón de porrón no se deja esperar.

En cambio el Tu que vive en una clase social encumbrada y culta ira a cenar con sus amigos escuchando de fondo una canción internacional, o un buen concierto de Mozart y de sobremesa tomara una baso de bebida blanca etc.
La alegría es la misma pero la forma de expresarla es diferente.

Los deseos, los anhelos, los sentimientos por el bien y el mal. Por alcanzar la felicidad, por yapar a mi existencia momentos felices son los mismos a los distintos Tu, sin importar si viven en una tapera o en un barrio donde viven gentes hermosas que se identifican así misma.
Desgraciadamente siempre partimos de un juicio erróneo. Al encontrarnos con el Tu en el análisis del encuentro, analizamos lo que es diferente a mi experiencia de ser único.

Empezamos a ver en la forma de vestirse, en lo que consume, en la forma de hablar y de actuar etc.
Cuando nos quedamos encerrado en lo distinto que es el Tu, sentimos que hay un abismo entre el y Yo. Nos encerramos y hacemos murallas al hacer distinción. Nos transformamos en verdadera tortugas, porque cada ve que siente que el Tu golpea nuestra coraza, que lo distinto de Él, roza nuestra existencia, metemos nuestra cabeza en nuestra existencia, nos replegamos en nosotros mismos, dejamos de ver la realidad y perdemos la oportunidad de ver lo semejante.

Muchas veces hacemos distinción y buscamos semejanza superficial ya que no apuntamos al Ser sino al hacer y mucho más superficial cuando la valoración queda encerrada en el tener.

Esto lo notamos, primero observamos lo que la persona hace y de acuerdo a ello definimos como si el nombre queda muchas veces en segundo lugar.
De acuerdo a lo que hacen, hay una escala valorativa (no es lo mismo ser Juez, ser Medico, ser Carpintero, ser Ingeniero etc.) y a través de ella rendimos honores o no de acuerdo a estas distinciones “el Ing, Juan Lilito; Dr. José Tirafondo; y Pedro Cebolla carpintero”.

La sociedad se mueve en distintas diferenciaciones culturales y a la hora de la verdad no siempre se trata a las personas de la misma forma, por que sé esta tratando al TITULO de la persona, en otras palabras las tratamos por los calificativos (medico, cardiólogo, gerente etc.) y la persona queda oculta.
“Juan ven que llegó el Ingeniero Robles, pase tome asiento, gusta un vaso de gaseosa o un wiskisito”, “Juan, vino el carpintero.. Dile que espere y si pasa cuida que no toque nada” ¿Es necesario tener él TITULO para ser persona? Son muy pocos los que ven a la profesión como un servicio AL HOMBRE.

¿Y el que no es profesional? ¿Es algo? O un ser de segunda al que es necesario tratarlo porque de alguna manera me es útil.

También definimos a las personas por lo que tienen y consumen ¿es lo mismo hoy en día una persona que va a su trabajo en bicicleta o aquel que va en su auto importado? ¿La sociedad los trata de la misma manera? Es que los dos ¿no son seres humanos?

Que importante es despertar y valorar al Tú, por lo que es y no por lo que tiene, por lo que consume o por lo que hace.

Él es distinto a mí, pero es semejante. Llora, ríe, valora, piensa, se comunica. Ahora bien, que el objeto de su pensar, de su reír, de sus valoraciones, de sus esfuerzos, es del mundo del hacer y no del ser eso es harina de otro costal.-
Cuantas veces pasamos nuestras vidas corriendo de un lugar a otro para poder consumir, para mantener el confort, para mantenerse en el medio y poder consumir lo que ellos consumen y pasa la existencia adquiriendo cosas para sentirse bien.

El hombre se aferra al mundo del querer un mundo que hay que conquistar y es una lucha unipersonal, piensa en sí mismo, en el momento.
Es a través de ello que manifiesta su naturaleza.

Cuando el hombre ve algo que le apetece, lo hace en sus dos formas: ya sea que el objeto a lo que su interés tiende sea un razonamiento, una verdad que le ayuda a su razón, le da luz y paz espiritual, esta verdad, estas conclusiones a las que arriba es buena, esta revestido de bondad y la expresamos “esto es lo que yo buscaba” “tiene razón esto es cierto” o bien lo apetecible hace a la misma subsistencia, cuando tengo hambre y veo un lindo churrasco, y lo bueno que es para mi cuerpo, lo experimento como algo verdadero a no ser que sea una ilusión, entonces sería algo bueno pero falso.

Pero, qué pasa cuando el que me era indiferente entra en mi mundo y me resulta familiar “tú piensa lo mismo que yo” “quiero jugar a las damas, mira no sé, pero si me enseñas aprenderé”.

Qué hermoso es descubrir al otro y sentir que en cada paso que doy uno siente que es semejante a mí.

Cuando alguien me resulta bueno, necesario, es un continente en mi vida, le da sentido, abre los puntos cardinales a mi existencia en una total ubicación como ser humano. Es cuando el corazón en su querer hecha raíces, se compenetra en él Tú y se hace Tú en él Yo.

Siempre pasa este hermoso fenómeno en nuestra existencia, el descubrir un continente (porque afectivamente me contiene), pero nunca nos ponemos a pensar por qué ocurre.

El primer movimiento afectivo del ser humano es buscarse asimismo. El niño busca en su madre el sustento y la contención afectiva. La madre mientras le da de amamantar lo sustenta y a sus ves lo abriga y le llena de caricias. Esa es su felicidad.

El ser humano desde la más tierna edad busca ser feliz y luego busca la imagen de la madre por que la relaciona a su sustento y a la contención afectiva, su primera relación con él tú es con su madre.

Esta búsqueda para uno mismo, de alcanzar todo lo que humanamente me hiciera feliz, hay que volcarlo para con el prójimo, porque a través de la relación con el Tu me ayuda a no quedarme encerrado en mi mismo. El Tu es el que me libera del egoísmo, porque el Tu me enseña cuan semejante es a Mí.

Si yo busco que me perdonen, primero tengo que perdonar.
Si yo busco que me amen, primero tengo que amar.
Si yo busco que me comprendan, primero tengo que comprender.
Si yo busco la felicidad, pues primero haz feliz.

De esta forma la relación del Yo y el Tú no pasa por el plano del HACER Y EL TENER, sino que TRASPASA Y SE COMPENETRA CON EL SER.

El diálogo entierra las conversaciones de terceras personas, se produce el encuentro cara a cara, con el alma desnuda. En ves de interesarme lo que el otro me comenta del vecino, me interesa el Tu, “Cómo andas” “Qué es lo que sientes” “Qué es lo que deseas en la vida” “Cual son tus sueños” “Cuales son tus sufrimientos” “Cuenta conmigo” etc.

Descubro que hay un universo frente a mí, incalculable, que no puede ser encerrado en el mundo de los números y de los preconceptos. Esta ahí él ES y no puede ser otro.

Cuando descubro lo sublime que es el otro, por el hecho de ser semejante a mí y llena todo, estamos empezando a descubrir el camino por dónde me lleva a la fuente del Ser que da sentido a mi propia existencia.

Cuando un grupo de seres se contienen unos a otros, sin mirar diferencias, supliendo las falencias buscando el bien y la felicidad del otro, se percibe algo distinto, una fuerza que se los distingue de los demás. Mirad como se aman. Mirad que unidos son. Mirad como se ayudan. Mirad que felices son.

Cuando esto ocurre es que se obro un milagro, un simple milagro, que como las cosas simples son imperceptibles a los ojos, pero se lo puede ver con los ojos del corazón. Es cuando yo descubro el Ser tan semejante al mío.

Cada uno dueño de su libertad, cada uno es dueño de sí mismo y todo el comportamiento del hombre me dice, suena, habla por algo constitutivo, que me esta diciendo que detrás de este ropaje y comportamiento existe una energía que da vida y unida a la carne da sentido a su obrar. Este sentido existencial y esta energía es el SER.

Es la impronta o un sello que hace que mengano sea mengano y no sultano u otra cosa.

Por eso muchas veces decimos: “Pedro tiene una forma muy personal de ver la realidad”. La razón es que cada uno de nosotros, somos únicos, irrepetibles, como únicos e irrepetibles son los pensamientos de Dios.
Somos pensamientos de Dios, y por eso somos divinos, somos sublimes, aunque es difícil comprender y experimentar esto.

Cuando el escritor sagrado habla en el Génesis, Antiguo Testamento, nos relata como el varón se sintió solo, no satisfacía ninguna criatura que Dios le dio para que pusiera nombre a toda ser vivo de la creación. No había ningún ser vivo semejante al. Todos los seres son inferiores en jerarquía y no tenía a nadie que lo interpelara de igual a igual.

Cuando Dios hizo a la mujer ¿qué deslumbramiento habrá sentido el varón?, ¿Habrá sentido que las fibras mas profunda de su ser se conmovía? Tal es así, que exclamo: “Esta si es hueso de mi hueso y carne de mi carne”
Descubrió que hay fuera de sí otra tan semejante pero a las ves tan distinta. Alguien como él, que come, duerme, llora, ríe, sueña, anhela, pero no es como él.

También nosotros si observamos podemos descubrir alguien distinto a mí, ya sea negro, blanco, alto o estatura mas baja, con pelo rubio o negro, tan distinto pero semejante.

Casa uno tiene como primera experiencia personal, el sentirse único y cuando entramos en relación con el Tu comienza a despertar toda nuestra existencia.
En esta relación se encierra la felicidad como también la tragedia humana.
¿Por que si somos pensamiento divino tenemos que experimentar ese distanciamiento? ¿Porque es que él Tú era tan distinto del Yo que me produce miedo o recelo de entrar en su ámbito existencial y lleva muchas veces a encerrarme dentro de mí? ¿Que es lo que nos hace distintos?

Es el camino por dónde me lleva a descubrir que por el hecho de ser, SER humano, es único don, no se lo puede encerrar en un acto valorativo como si fuera una cosa ya que él ES la puerta de la adoración de lo inalcanzable, de lo insondable, inconmensurable en dónde lo divino tiene el hermoso sabor humano y dónde lo humano se arrodilla ante lo divino.

Pero cuando esto no se da, el mundo existencial de lo afectivo es un trueque, yo quiero en la medida del bien que el otro me produce y con la misma intensidad tratamos de retribuirnos.

Esto se da porque humanamente deseamos sentirnos útil.
Si a mi no me quiere, yo tampoco quiero, si me quiere mucho trato de querer mucho, y en esta relación hay que distinguir cuando yo libremente quiero ser útil, de aquello en la que uno por sincero sentimientos uno es utilizado.
En este retroalimentarse de darse y recibir al tu, nuestra existencia se transforma en escuela de vida.

Por que cuando uno se dona, no entrega una sonrisa, un gesto, un pensamiento, sino una entrega su persona, uno entrega vida.
Pero en toda relación del querer depende del recipiente, es decir de quien recibe el afecto y depende de la calidad del afecto que el recipiente recibe.
Cuando uno se da, pero ese dar esta vestida de una determinada intencionalidad la relación del ser se hace difícil.
Muchas veces se da afectos por conveniencia (aquel me suele ser útil y en la medida que me es útil yo lo quiero), por temor, “tengo miedo de quedarme solo y por eso trato de estar rodeado” etc.
Pero cuando en este trueque de conveniencia se produce una ruptura, un impás en la reciprocidad, muchas veces se escucha estas lamentaciones “pensar que lo quería con locura y que mala jugada me hizo, ahora no lo pueda ni ver” Yo quiero en la medida que me quieren.

Cuantas veces tengo miedo a perder lo que quiero y deseo que ese goce no se acabe, que sea eterno el momento.

Cuantas veces nos damos cuentas a duro golpe, que lo que yo quería sé tenia que acabar y el deseo de tenerlo me impide aceptar la realidad

Muchas veces pienso que tenemos alguna relación con la naturaleza, por ejemplo con los árboles.

EL árbol de una misma especie nunca es uno igual al otro, todo depende:

1) Del lugar, hay lugares que son más propicios que otros.
2) Del terreno: puede ser pedregoso, arcilloso, o una tierra fértil dónde las raíces crecen de las más variadas formas.-
3) Depende por último de la forma en que es cuidado.

Cuan importante es el medio donde crece el árbol. Cuanto más optimo es este, más hermoso será, tendrá raíces profundas y esta será su sustento y firmeza.
Para el ser humano, el medio donde nace, se desarrolla y crece es la familia. Es la escuela y alimento del alma donde aprende a vivir. Cuanto más optima sea esta, más bella es la persona.

Aquí los padres tienen que definir: ¿qué le doy a mi hijo?
Le damos nuestro ser. Le damos el hacer o el tener.

Lo primero que los hijos aprenden son las vivencias de los padres, el ejemplo de cómo ellos se desenvuelven del yo al tu. Como mama trata a papa, como es papa con mama. Si los esposos dialogan, los hijos aprenderán a dialogar. Si los esposos están al servicio uno del otro los hijos aprenderán a ser servicial. Si los esposos reconocen sus propios errores y se perdonan mutuamente, los hijos aprenderán a ser honesto consigo mismo, humilde, ya que humildad es reconocer la verdad y aprenderán por sobre todas las cosas a ser misericordiosos.

Hay que tener en cuenta que el padre y la madre es la primera imagen de sociabilidad, es la primera imagen de ser humano que tiene los hijos. Aquí se puede dar el refrán: “dime con quien andas y té diré como eres”, dime como son tus padres y té diré quien era.

Si tengo unos padres inseguro, seguro que los hijos tendrán una gran dosis de inseguridad en la vida que condicionara en todas las opciones que él haga.
También esta imagen condiciona en la elección del varón o de la mujer que los hijos opten al contraer el compromiso de vivir plenamente la vida conyugal.
Si tenemos un padre dominante y una madre sumisa y esta conducta sea una constante en su existencia, para la hija mujer puede llegar a optar un varón dominante para el matrimonio.

En el caso del varón cuya imagen de mujer es la madre, optara por una mujer dócil.

Que preciado y grande es el compromiso de ser padres.
Cuanta responsabilidad es el construir un hogar donde los valores morales cuyas simientes es el amor es el alimento de esos retoños que crece.
Los padres tienen que definir el perfil de que es lo óptimo. Si esta definición en su obrar esta fundada por el sincero amor de los padres, lo optimo pasa por la calidad de amor con los que los cónyuges se donan. En realidad amor es donarse, entregarse sin pedir nada a cambio. Me doy por que el tu que esta frente mío y me acompaña es tan importante, mas que mi propia vida.

En este ambiente donde los hijos (pequeña plantita), crecen y absorbe de lo que le da el medio.

Si mama tiene un dialogo fructífero con papa y ese dialogo es un estilo de vida, los hijos que crecen en este ambiente, tiene la convicción de que él dialogo es un instrumento eficaz para arribar, comprender, entender al otro.
Él diálogo es el instrumento en el que él Yo y el Tu pueden solucionar problemas y tejer de a dos una nueva historia.
Él diálogo es el ejercicio comunitario donde unos y otros deben llevar el bien al prójimo.

Este bien puede ser: simplemente una compañía para el que se siente solo, una caricia para el que le falta abrigo en su corazón, puede ser una palabra de consuelo en los momentos de dolor, etc.
Cuando los padres se comprenden mutuamente, los hijos aprenden a comprender.

Cuando los padres se toleran mutuamente sus propias forma de ser, los hijos aprenden a tolerar.-

Un árbol que crece en un lugar pedregoso, es retorcido sus raíces, porque buscan en la medida que crecen los espacios, las grietas que le puede brindar el terreno para poder buscar la humedad necesaria y si llueve el agua se diluye con tanta rapidez que no alcanza a abastecerse y si los otros les impiden la luz del sol y una buena oxigenación, crecen pequeños y retorcidos.

Quizás el lugar posee un microclima espectacular y tiene el terreno óptimo, entonces el árbol es alto, fuerte, con grandes raíces.
Quizás tenga de todo pero el medio no lo cuida.

Así como los árboles, el lugar dónde crecen es la familia, el terreno es lo que heredamos más lo que recibimos: agua – amor (por que el amor es vivificante); sol – verdad (por que la verdad ilumina todo los camino que uno tome) y oxigeno – libertad (cuando uno respira aire fresco da una sensación de libertad). La vida y el crecimiento, dependen de la cantidad de agua, sol y oxígeno.-
Pero cuántas veces hemos visto a un árbol o pequeña planta morir cuando la naturaleza le dio demasiado amor.

Cuantas veces los padres obsesivos por sus hijos e inseguros están encimas de ellos, sin darle el espacio de libertad, terminan anulando su persona, han matado la oportunidad de que su hijo sea persona.

Oh cuántas plantas mueren secándose al sol. Muchas veces los padres se creen dueño de la verdad, poniéndose en un pedestal y anulan a sus hijos cuando realizan un juicio a lo que ellos piensan, a los que ellos creen que es lo correcto. El hijo correcto para estos padres es aquel no contradice sus normas. ¿Pero se lo esta preparando con un juicio critico para discernir lo bueno y lo malo?

Cuántas veces se mata con la verdad. O cuántas veces en ausencia de esta se prefiere al engaño, la oscuridad, por que en últimas se tiene miedo que la luz de la razón devele su rostro, tiene miedo de verse a sí mismo.
Si los padres tuviesen la posibilidad de verse a sí mismos quizás hubiese un “darse cuenta”.

Cuántas veces hemos vistos rechazar los errores ajenos, por el temor de verse reflejado en el prójimo.

Cuántas veces hemos visto a los arboles arrancados de cuajo por el excesivo aire, por que no tiene una base firme para aguantar, no tiene una contención.
Cuando los padres les permiten a los hijos que hagan lo que quieran o se despreocupan de ellos y crecen a las buenas de Dios.

Y ¿cual es la medida justa?
Nosotros mismos somos la medida de todas las cosas.
Cuando vemos un árbol, lo juzgamos por su copa, por su tamaño, pero ese árbol es tal o cual por su raíz, sin la cual no pudo haber crecido.
Las raíces de los arboles en terreno pedregoso son distinta de la aquella que creció en tierra apta.

Nosotros tenemos nuestras propias raíces que no se ven a plena luz del día pues esta enterrada en nuestra propia existencia, ellas hablan de nuestro crecimiento, de nuestro pasado, de lo que hemos recibido y como lo hemos recibido, pero así también condiciona nuestro presente.

Cada uno es un misterio a descubrir y aceptar y en este ejercicio arduo y cotidiano es la escuela de la sabiduría.

Sócrates preguntaba a la pitonisa de Delfos, dime cual es el camino de la sabiduría y esta le contesto “CONÓCETE A TI MISMO”.
En ti descubrirás que era la medida de todas las cosas, en ti hay un mundo lleno de aventura por recorrer, un mundo de miedo y terror por desvelar y vencer.
Descubrirás que el miedo es la esclavitud, es lo que paraliza la posibilidad de poder SER.

Aquel que no quiere conocer sus propias raíces nunca descubrirá lo sublime que es Él y le sublime que es él Tú, nunca se sentirá que el otro me es familiar y que todo el universo es una gran familia.

La Familia es el verdadero universo del ser humano, dónde el sano querer es una escuela de humanidad, pero cierto es que nuestros padres son limitados como limitado es el ser humano.

Somos seres humanos tan frágiles y tan sublimes, somos divinidades contenidas en vasijas de barro.-
Así como venimos de una familia bien o mal constituida, que hace a mi propia raíz y en la medida que acepto y amo a mi raíz, me amo y amo al prójimo.-
Aquel árbol que no ama su raíz, porque está cubierta con tierra, es retorcido, cubierta con miles de fibras, ese árbol esta destinado a morir. Aquel que mata su propia raíz se está matando a sí mismo.

Como nadie da lo que no se tiene, así también nadie comparte lo que experimenta en sí mismo.
Que lindo es pensar “el otro es tan débil como yo” y en vez de aplastarlo con mis juicios darle una mano.

Una cosa es que Tú eres semejante a mí y otra cosa es lo que él Tú hace y al hacer no vea ni sienta que soy su semejanza y en razón de ello me hiera y que también en esta actitud yo soy reflejo por que yo en mi humanidad suele herir al Tú.

En esta dimensión humana existe una especie de justicia retributiva y arcaica: ojo por ojo, diente por diente, si me hiero yo tiene que vengarme por que tiene que resarcir el daño que me hizo, esta justicia es creación del hombre.-
Pero la humanidad no pudo hacer penetrar en la naturaleza humana como creación suya el concepto del misterio del PERDON.

Es un misterio, por que el concepto del perdón nace de una experiencia religiosa, nos habla del AMOR que nos busca porque somos su imagen, del AMOR que se hace niño, que experimenta su raíz, descubre al Tu y lo AMA hasta la muerte.

El AMOR es propuesto de salvación y los hombres al aceptarlo en nuestras existencias a través de momentos de amor, en lo que experimentamos Dios - Amor en el otro, nos redimimos.

Es el AMOR - HIJO que se lleva al cielo el sabor humano.-
Sin el perdón, fuente y sentido del Amor, el hombre se aniquilaría.-
Por el perdón Dios - Amor, me hace descubrir que él Tú es su semejanza y mi semejante y me habla de la divinidad.

Cuántas veces nos hemos matados a nosotros mismos al matar al otro. Cuántas veces nos descalificamos al descalificar al otro. Cuántas veces nos apartamos cuando apartamos al otro.

Cada vez que atento contra mi prójimo, atento contra mí mismo. Cada vez que hago daño, me daño; y lo peor que en la medida que desfiguro y me desfiguro estoy perdiendo la posibilidad de contemplar lo divino que es, estoy perdiendo la posibilidad de contemplar su divinidad de contemplar el rostro de Dios.



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5 de septiembre de 2008

GENESIS DEL YO

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Descubriendo al yo soy




se que estoy acá, es agradable,

y se que estoy en este espacio,

soy el que soy

mi experiencia,

quizás podemos decir, vivo,

no conozco el concepto muerte,

siento un acompasado sonido,

es distinto a lo que soy

siento sensaciones agradables

de alguien que me contiene

esta oscuridad armoniosa,

este cielo escondido

plenitud endeble

se que estoy vivo



en esta quietud

hay vibraciones agradables

armoniosa,

lo que me contiene esta vivo

sin hablarme me trasmite todo

hay sensaciones y sonidos,

pero mas que oírlo, lo percibo,

se que estoy vivo



lo que me contiene sonríe

siento y sonrió

siento lo que me da el continente

siento que soy otro, contenido,

tan solo son sensaciones,

vibraciones, que se siente

sin tener todos mis sentidos



esta fuera de mi

y viene a mi

la naturaleza me llama

y marca el camino

es todo presente,

mas allá de mi mundo,

me llaman,

percibo un cambio,

mi naturaleza marca un destino,



estoy perdiendo movimiento

siento dimensiones,

que antes en cuenta

no lo había tenido,

siento un orificio,

que succiona otra parte de mi,

me calma, me da alivio.

pero todo hace referencia a mi,

todo es uno, y distintos en uno soy,

mas mi mundo no me puede tener,

ha envejecido,

algo va a cambiar,

y en el cambio la naturaleza

grita por estar vivo,

ya sin movimiento, lucho

se que hay un cambio

se que sigo vivo



Aunque parezca un simple poema, pero en el nacimiento o génesis del yo o la determinación del mismo, se da atreves de las primeras sensaciones que tiene el niño desde el vientre de su madre.


Esta es la primera experiencia de vida, que ellos y nosotros hemos tenido. Alguna de estas ha sido demasiada fuerte que puede marcar para toda la vida.


Hay bebes que desde el vientre de la madre, metódicamente se le hizo escuchar música clásica, con mas precisión las obras de Mozart. Después a muy temprana edad el bebe sentía calma o serenidad al escuchar Mozart.
En algunos casos se comprobó que haciéndole escuchar el latido del corazón de la madre, los bebes con dolencia graves, se recuperaba mucho mas rápido que aquellos que no lo hacían.


Eso nos hace tomar conciencia que en determinada situaciones limites, de dolor, el recuerdo de la armonía de ese paraíso perdido, da fuerza adicionales para recuperarse.

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2 de septiembre de 2008

LAS DIEZ DE LA MAÑANA

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Eran las diez de la mañana, el sol derrochaba todas sus bondades en este verano, que se mostraba con un cielo celeste, diáfano, no existía polvillo en el ambiente y como para amainar el tórrido calor, la vida nos regalaba una brisa suave que refrescaba el cotidiano vivir.



El fresco desayuno al pie de la vaca ya había quedado atrás, mi abuela ya tenia lo que la sabia naturaleza le dio temprano. La leche de todos los días y el calostro, para la cuajada con miel de caña. Ya estaba cargada la olla de hierro con el maíz y agua e hirviendo a fuego lento. El ambiente en la cocina era caldeado, pero el aroma que recorría libremente por su alrededores, se dejaba percibir y ponía al tanto a los sentidos que sacaba de su letargo a mi imaginación, un plato generoso de mazamorra con leche.



Había que llevar los animales al cerco, ya dieron lo suyo. Toro, astutamente tomo el caballo moro, al que sentado se sentía un hidalgo, su semblante cambiaba y su mirada se agudizaba como un águila en búsqueda de su presa. A mi me dejaron una mula medio osca y como no era diestro para esos menesteres subí cerca del anca, como era mañosa y le gustaba morder los tobillo en un ágil movimiento circular que sorprendía.



Mi primo (Toro) haciéndose el distraído, o como quien tomo distancia de nosotros, con su machete corto una rama y luego de deshojarla, la transformo en una delgada vara. Como mi vehículo era perezoso, se quedaba un poco relegado respecto al resto de la comitiva.



El se tomo el tiempo, se bajo del moro como simulando acomodar el pellón con la silla, me dejo pasar adelante y sigilosamente como gato del monte que acecha a su presa, pego un latigazo con la fina vara en la nalga del animal, el remedio no tuvo su efecto, ya que esta, en vez de caminar mas rápido, empezó a corcovear locamente, y yo sin la destreza de un buen gaucho, salí despedido, como decía mi abuela: "mas rápido que moco y pavo". Quiero aclarar que hasta el día de hoy, nunca vi un pavo resfriado y para el colmo que estornude. Lo que si se que cuando los perros estaban en la cocina y olisqueaba la olla de comida, ni lerda ni perezosa mi abuela le tiraba en el lomo del animal un poco del caldo hirviendo. Gritándole "perro mañoso ya cuando sienta este olorcito te vas acordar y vas a tener miedo". A decir verdad todos nos quedábamos quieto por la dudas, pero al pichicho no se le veía las patitas de tanto correr.



Como decía, fui lanzado por esta mula loca, mas rápido que perro quemado con agua hervida. Cai con toda mis asentaderas en el tierra pedregosa.



Me quede quieto, tan solo quería respirar y que mi fuerte dolor de espalda pasara, Toro y mis otros primos no paraban de reírse. Los accidentes como estos no tenia dramatismo, en el campo era normal y un elemento mas para contar cuento y experiencia en el fogón de la cocina.

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1 de septiembre de 2008

EL NIÑO

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EL NIÑO SERENO ESTA
A LA ORILLA DEL RIÓ
EL AGUA ENTRE PIEDRA SALTANDO VA
ALEGRE CON SU CANTO DA,
PAZ, ENCANTO Y ABRIGO
SUS RECUERDOS MATO EL TIEMPO,
EL PASADO SE HIZO PRESENTE,
AFLORARON LOS SENTIMIENTOS,
TODO COMO UN HAZ DE LUZ,
SU REFUGIO HECHO COBIJO
TODO DE REPENTE
A TRAVÉS DEL HILO MÁGICO DEL AMOR
BUSCO EN EL ROSTRO DE SU MADRE
EL ANTIGUO ESPLENDOR,
DE ESAS MIRADA DULCE,
QUE LO ALIMENTABA,
TAMBIÉN TENIA SABOR
ENTRE EL CANTO DEL RIÓ
EL CANTO DE UN ARRO RROO
ARRO RRO MI NIÑO
ARRO RRO MI SON,
EL RIÓ TE TRAE CONMIGO
Y YO A TI ME DOY.



El río Calera, de la entrada a la propiedad de mis abuelos materno, se encontraba al este y corría de norte a sur. No era muy caudaloso, pero el hecho de ir a pescar con mi hermano Carlos y mis primos era toda una aventura. Su caudal de agua no era grande, pero suficiente como para sentir su canto mientras saltaba de piedra en piedra. Su sonido me daba paz, y mi mente viajaba hacia mis Padres."



Vinimos a la casa de mi abuela, por que momentáneamente ellos no podían tenernos. Mi padre, iba ser operado ya que padecía de una ulcera al estomago y mi madre tenia que cuidarlo en el hospital. Tan solo mi hermana tuvo suerte de quedarse con ello. Si bien, la vida en el campo nos tenía ocupado de aventura en aventura, cuando mi alma sentía un remanso, al escuchar en canto del río, estar en sus orillas contemplando ese devenir constante, mi corazón y mi pensamiento se echaban a volar para viajar lejos hasta ellos.
El nombre del rió, se debía, a que en su lecho había piedras de cal y seis kilómetros arriba había una cantera o mina donde se explotaba o sacaban dichas piedra."



Cuando las cosechas no eran buenas, mi abuelo iba a ella y compraba y producía cal para vender. Pero algunas veces ni dinero había y mi abuelo como no se dejaba llevar por delante con las situaciones adversas, nos mandaba a nosotros a traer piedras, como si fuera una tropa de asalto. Íbamos al rió en una vieja y crujiente carreta, como la de los colonizadores, movida por un lento y perezoso buey de cuernos largos. Siempre rumiando y con unos hilos de salivas que caían desde sus mandíbulas."



Al llegar de esa cansadora pero siempre divertida faena, se bajaban las piedras de la carreta y se la alojaba en un pozo, ordenadamente haciendo una pila sobre unas vigas de maderas entrecruzadas. Debajo de estas, había un habitáculo, un poco mas pequeño donde había un montículo de leña seca donde se la prendía y se formaba una gran hoguera donde en fuego abrasador queriendo escapar entre las piedra produciendo un sonido rugiente. Mi abuela, que siempre de cosas concretas sacaba su enseñanzas de moral, nos decía: "vean chicos como se queja el fuego, bueno, aquel que se porte mal y no reza de noche, así van a gritar en el infierno""



Con el inmenso calor, Las piedras al fundirse o cocinarse, se transformaban en cal viva, que luego se la embolsaba y se la vendía a las ferretería o corralón donde se comercializaba materiales para la construcción."



Cuando era niño, este rió tenia un poder mágico, me llevaba al corazón de la misma naturaleza. Ahora es sinónimo de la vida, (ahora comprendo a Tales de Mileto cuando decía, que el elemento constitutivo de la naturaleza es el agua), con un continuo movimiento constante. Nunca se puede vivir la misma experiencia de vida de la misma forma. En este río hay piedras como son los problemas que al vivirlo, lo superamos o algunas que son grandes lo redondeamos y seguimos viviendo, nada nos detiene. La vida es tan plástica, que rodea, cubre mide y acepta el tamaño de la dificultades, goza y acepta cada tramo que pasa, no se detiene para mirar el terreno recorrido. Siempre entregándose y calmando la sed de la tierra, humedeciendo haciéndola fértil.



Y como este río, que se sacaba piedras en los momento difícil para transformarla en cal. Que actitud tomamos ante nuestros problemas (piedras), nos quedamos quejando o lo transformamos en algo positivo. Nos quedamos estancados o al aceptarlo lo superamos.



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31 de agosto de 2008

UN CAMBIO DE MUNDO

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Ya había pasado muchos vientos sondas por mi vida desde que estuve aquí por ultima vez. Este rió tan antiguo como la tierra misma no me volvió a ver, desde mis seis años, antes de volver a la casa de mis padres... disfrute de su compañía. En ese momento recordaba los dos años que pase en la casa de mis abuelos maternos, Benito y Dorotea.

La primera vez que llegue al campo, tenía cuatro años y como mis padres eran de pocos recursos económicos tuvimos que ir con mi hermano Carlos. Todo era nuevo, eran un viaje a lo desconocido, si bien eran mis abuelos nunca habíamos tenido un relación fluida. Llegamos y mis primos de diversas edades, nos miraban como sapo de otro pozo. Quizás, como nos decían, ahí están los gringos, olíamos distintos. Para nuestros asombro también ellos. En fin, éramos en apariencia iguales pero distintos.

Tomamos mayor confianza con mi primo al que le apodaban Toro, porque a su corta edad era más robusto que sus hermanos. De ojos saltones y de una sonrisa familiar hacia que se acortara toda clase de distancia existencial. Esa distancia que en muchos casos nos ocasiona ansiedad por querer ser iguales a otros o para que esos otros nos aceptaran. Esta familiaridad reconozco que fue creciendo de a poco. Como gota de agua que cae sin cansancio sobre una roca hasta oradarla y partirla en dos; así fue la amistad de toro y nosotros, llego un momento que rompió toda división existencial. Todo se dio sin darnos cuentas. Todo empezó una mañana que nos invito al cerco donde las vacas y los caballos de mis abuelos pastaban. Debajo de cada arbusto había puesto varias trampas para pájaros. Al principios el fabulaba y, nosotros inocentes pueblerinos, atendíamos con sorprendente atención.


"Nos decía que con ellas, atrapabas feroces pumas y algunas veces víboras que eran capaz de comer una yegua”…


…y como el lograba enjaular a esas bestias y con mi tío Antonio vendían en el mercado de la ciudad.


Por un tiempo me preguntaba, ¿para que la gente de la ciudad querría víboras y pumas? En fin todo esto se fue desvaneciendo al conocer más los desvaríos de Toro. Lo cierto es que a veces solía atrapar Cardenales, Quetupies, Canarios, Gorriones, Celestinos, Naranjeros etc. y llevarlos a una gran jaula donde había aves de todo tamaño y colores.


Al volver a la casa de mi abuela solíamos traer a las vacas y un toro viejo al corral. Ahí mi abuela, le pedía a mi tío Tito que maniatara los pies de las vacas que habían tenido cría. Traían a los terneros y para que el animal soltara la leche, hacia que el ternero mame un poquito para luego sacarle la leche. Algunas veces cuando el ternero se disparaba venia Toro y mamaba en el lugar de la cría, todo para el era un juego. A nosotros nos daba asco. Guacala me decía yo nunca haría eso.


Una de las vacas había tenido recién al ternero, esa primera leche mi abuela le llamaba calostro, decía que era buena para los chicos que tenían tos, y con ella hacia quesillo.
Todavía al cerrar los ojos siento el sabor y el aroma de la leche que se tomaba al pie de la vaca. Todo el hocico quedaba blanco, ya que era una leche espesa.

Así transcurrían nuestros días, sin tomar respiro. Me acuerdo que a los meses que llegamos, mi tío Tito nos corto el pelo, tan solo nos había dejado unos ralos flequillos en la frente, por mas que nos quejábamos, nos consolaba que todos nosotros estábamos en la misma circunstancia. ¡Tan sólo un flequillo en la frente! que mis primos nos tranquilizaba, ley pareja no es rigurosa.
Al anochecer nos reunía el fogón de la cocina, en los primeros días era impenetrable, el humos denso de los leños algunos verdes nos corría afuera.


Realmente nos distinguíamos del resto, hasta que nos hicimos unos mas de ellos. El olor a humo que solíamos tener antes de ir a dormir nos identificaba.


Mi abuelo algunas veces nos contaba unos cuentos de miedo de lugareños que se metían dentro del bosque para cortar madera para hacer su rancho. Contaba El, que cuando se interponía un alma mala delante de su caballo en la mitad de la noche, no lo dejaba avanzar. El bajaba del mismo y con un puñal que tenia siempre en la cintura, cuya empuñadura tenia forma de cruz, hacia una amenaza con el hacia adelante, en el nombre del padre, el hijo y el espíritu santo, gritándole “ALMA EN PENA, SAL DE ESTE LUGAR”, después mientras rezaba, hacia como si cortase algo entre medios de las patas de su caballo, y repetía la misma formula. Recién el animal se tranquilizaba en la medida que se notaba un viento que se alejaba moviendo las copas de los arbustos. Mi abuelo, subía a su caballo y seguía su camino.


Eran divertidas las noches de fogón, tan lleno de magia que hechizaba el momento. De esos entonces no volví a experimentar tanta inocencia y pureza mientras veíamos como la noche se hacia presente a la luz de las estrellas.


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