Ellos en su inocencia de tantos prejuicios que muchas veces nos formamos, con temores a no violar la ley que nos puede privar del paraíso.
DE LA INOCENCIA AL CONOCIMIENTO, EDUCACION Y ESTRUCTURAS
Ellos en su inocencia de tantos prejuicios que muchas veces nos formamos, con temores a no violar la ley que nos puede privar del paraíso.
RECUERDOS, EL NIÑO, EDUCACION E INSTRUCCION
La sensación de hambre y al no estar cubierto, al no sentir algo que lo contenga, se siente desprotegido. El amor de la madre y el pecho, la mirada y los mimos es la felicidad plena del bebe.
Ellos son la imagen que nosotros le transmitimos y luego no aceptamos.
Un ejemplo archiconocido, dice que estaba Miguel Ángel contemplando un gran bloque de mármol, llamaba la atención por que estaba absorto. Maestro, le interrumpió un discípulo, que es lo que miras tanto es tan solo un bloque, el le mira atónito y le contesta, no Fra Angélico, no te das cuentas que adentro esta la Virgen María y en su rodilla tiene a Jesús muerto (La Piedad), y tengo que descubrirla para que la conozcan.
ENFERMEDAD, CUERPO, MENTE Y LO POSITIVO DE LA VIDA
Otro punto de vista que es el religioso, la enfermedad es la consecuencia del pecado original, por que es este el efecto del mismo, el sufrimiento.
Pero la enfermedad como tal, apareció con el hombre. Es la naturaleza humana, en el medio en la que vive, es la que se defiende.
También pensamos que un determinado virus, puede enfermar a todos los seres humanos de la misma forma, pero, la realidad me dice que un determinado virus no enferma de la misma manera y muchos somos inmune a este.
Hay casos, en que la curación de una enfermedad es más veloz, en una persona que en otra. Lo lógico seria que tal virus, que provoca tal enfermedad, enferma de la misma manera y la convalecencia para curarse es la misma para todos.
¿Cuál es entonces la causa por la que tantos virus o bacterias no atacan con la misma intensidad?
¿Cuál es la razón, por la que los seres humano se recupera con más rapidez que otros?
Por influencia del materialismo mecanicista, se pensó al organismo como un aparato, que estando en perfecta condiciones y funcionamiento es sinónimo de saludable. Como si fuese un motor de combustión, este funciona siempre y cuando tiene todos los elementos que la compone en perfecta condiciona.
Por ejemplo: si le falta agua o el sistema de refrigeración faya, puede calentar y por lo tanto fundirse.
Pero en los últimos 60 años la ciencia medica, ha empezado a tomar conciencia de la existencia de la interacción que existe entre la mente y el cuerpo.
Se realizaron muchísimos estudios al respecto.
Un grupo de Personas, que estando en un ambiente pintado de color gris, piso negro, con sonidos carentes de armonía, se lo inducía a leer un cuento en la que, le faltaban algunas partes.
En un determinado tiempo, estos, empezaron a sentir irritación, perdida de sueño, estado de acides estomacal.
Todas estas situaciones, en algunos casos, tenían propensión a resfriarse, otros con síntomas de angina, distintas situaciones de alergias, etc.
Otro grupo de personas, estaban en ambientes con colores verdes, celestes, adornados con plantas y la música de fondo era melodiosa e invitaba al relax. Las obras literarias que leían, estaban completas y todas eran con finales felices.
Lo que se observo en este segundo grupo, es que se había formado un ambiente de una gran cordialidad, en la que se preponderaba la empatía y el dialogo entre los integrantes. Pero síntomas de enfermedad no se encontró.
También es notorio ver persona que tienen miedo a enfermarse, es el caso, en un punto extremo, de hipocondríacos, terminan produciendo en el cuerpo la enfermedad que ellos temen, o sintiendo tales síntomas de la enfermedad.
Pareciera que lo que mas influye en todo lo que abordamos, son los estados de ánimos. Ya que los afectos, son los que intervienen en las distintas situaciones emocionales (odio, amor, depresión, cólera, angustia, generosidad, alegría, gozo), que vivimos e influyen en nuestro organismo.
Para vivir en un estado pleno de salud, tenemos que optar por un estilo de vida saludable para el cuerpo y la mente. Para vivir la vida bien, tenemos que educarnos a vivir los momentos simples de la vida, que es lo que mas nos cuesta.
Cuando no se goza la vida, no se disfruta del momento, se cae en una insatisfacción ya que estos al ser no gratos, se busca reemplazarlos con nuevos, transformando la vida en un continuo torbellino de situaciones pasajeras.
Ya sea que estamos, cargando el corazón con sentimientos negativos, pensamientos que nos hacen sufrir, momentos de angustia y soledad etc.
Esto hace, que el organismo produzcan reacciones químicas que intoxican y destruyen nuestras defensas (linfocito t y b), la que nos protege de virus y bacterias.
En estas situaciones de stress, en la que predomina la ausencia de buenos sentimientos (amor, gozo, felicidad), la que nos lleva a estar bien con uno mismo y con el medio. Ya que estos, la que genera la sensación de placer y paz en los momento simple de la vida al compartir una cena, o escuchar un concierto o contemplar un paisaje, predispone a que nuestro cuerpo, produzca en la sangre endomorfina, necesario para las defensa del organismo.
Ya hablamos en publicaciones anteriores sobre el stress y la calidad de vida. En nosotros esta, como queremos vivir la vida.
EL TIEMPO PASO ACOMODANDO EL DOLOR
Mi padre tuvo un perro llamado Nerón, era negro, enorme, bueno, para mi estatura así lo era. Cuando me sentía solo, me paraba en la vereda y me apoyaba sobre su lomo, viendo como pasaba la gente del barrio.
El tan solo se quedaba quieto y sabia de antemano cuando yo lo iba a buscar, preparaba su lomo, daba vuelta su cabeza y me miraba cuando yo me acercaba, me apoyaba en él, él volvía dar la vuelta su cabeza y me miraba como sonriendo complaciente por mi acción.
Siempre estaba a mi lado, ya sea que estudiara o lo que hiciese, ahí estaba.
Un día salí a jugar y note su ausencia, fui a ver donde él dormía y yacía frío en su lecho, con los ojos fríos sin parpadear, así estuvo hasta el mediodía cuando mi padre regreso del trabajo.
Por las tardes, cabo una fosa, cerca del criadero de conejo, lo enterró ahí, lo despedí como se despide a un gran amigo, en esa edad, no sabia por que se murió, pero aprendí que las cosas no son para siempre, siempre en la vida algo muere, algo pasa, algo cambia, en mi corazón y en mi entorno.
Como mascota me quedaba una catita, que de ves en cuando se escapaba de la jaula y se subía en una morera inmensa.
Mi madre me hacia subir en ella, con un pedazo de pan mojado en leche y recubierto de azúcar, ella al ver este manjar, bajaba hasta mi mano y una ve saciada subía en mi dedo y la bajaba.
Mis primeros años de escuela, no sé por que me resulta tan borroso, no me gustaba salir de casa.
No me olvido que en un acto de izar la bandera, tenia necesidad de ir al baño y ante la negativa de la maestra de dejarme ir, al salir de la escuela, no pude aguantar y me ensucie en los pantalones.
Nunca sentí tanta vergüenza y el miedo de que la gente se fijase en lo ocurrido, caminaba despacito tolerando el mal humor de mi hermana que me apuraba a regañadientes.
La miraba como diciéndole “callate que se darán cuenta”, pero el ambiente de esta situación sé hacia sentir. Sabia que al llegar a mi casa, tenia que vérmelas con mi madre.
Después del reto y de la disciplina de rigor, mi cuerpo aprendió que siempre, con concentración y esfuerzo uno puede contener muchas cosas.
EL VALOR DE LAS PEQUEÑAS COSAS, LA BESTIA Y LA PSICOLOGIA
MI PRIMER TRABAJO
Corría a fines de 1982, la guerra por las Islas Malvinas había pasado, Argentina pasaba por una profunda recesión y culturalmente, afloraba a flor de piel, la necesidad de expresión, que se hacia sentir como vapor encerrado en una olla a presión.
Era necesario expresar tanta frustración, ante un gobierno de facto, que con el fracaso político y bélico, le resultaba imposible manejar la situación.
En la casa de mis padres no estaban bien las cosas. Había salido del Seminario Mayor San José de
Es increíble como se van cambiando los conceptos, aparecen unos nuevos y a los viejos es como si perdieran significado.
Volvía de las clases practicas de
Deseaba trabajar, ayudar en mi casa. Nunca había trabajado, por lo tanto no tomaba conciencia de la magnitud e importancia de lo que pedía.
Al regresar a la casa materna, recibo la información de que mi hermano mayor, Luis, había estado, trayéndome la noticia que al día siguiente, debía presentarme en el Honorable Tribunal de Cuentas de la provincia y que tenia que hablar con el Dr. Julio Emilio Cartier, y que el me iba a informar el resto.
Al otro día, con ansiedad y curiosidad, me presento ante El, que por segunda vez lo veía.
Mi hermano lo conocía mucho, era esposo de una gran dama de la sociedad Tucumana,
El Dr. Cartier, siendo Vocal del H. Tribunal de Cuentas, me llevo ante el actual Presidente Dr. Aldonate. Ya estaba con el Sr. Daniel Carabajal (ex combatiente de Malvinas), seguidamente a secas, nos pregunto sobre el desempeño que habíamos tenido en Malvinas, yo quedándome en til, con varios cric, cric, cric, en mi cabeza y rompiendo ese silencio que algunas veces suele ser embarazoso, Daniel contesto, explicando su experiencia en el portaaviones 25 de Mayo. Luego dirigiéndose a mi con la mirada, tan solo fui sincero, “estuve en el Seminario, estudiando para ser Sacerdote”.
Ante de terminar mi frase, el Dr. Cartier me dio por debajo una estocada con su codo y sonriendo el Dr. Aldonate por lo ocurrido, diplomáticamente disimuló la situación.
Ahí me cayó la gota al tanque, dándome cuenta de que estaba por ingresar al mundo del trabajo.
Como si fuera poco e ironía de la vida, como si Dios me diera respiro y me ambientara, estuve como se lo pedí, cuatros años en Asesoría Jurídica, en lo que los números eran tan solo los indicadores de Leyes, Decretos y Resoluciones.
Luego me trasfirieron al Departamento de Personal, donde tuve que aprender a liquidar el sueldo de mis compañeros de trabajo. Ahí lo humano y el mundo de los números convivían en armonía.
Ya a mis 49 años cumplidos, pienso uno y otra vez estos momentos tan mágicos. El día anterior estaba de rodilla ante el Ssmo. Sacramento y ante
Es tan cierto esta frase: “uno llega a valorar un bien, cuando ya no lo tiene”
A esta altura de mi vida, como me cuesta conseguir trabajo. Como si el Mundo laboral es privilegio de los jóvenes y con gracias hasta los 35 años, en algunos casos hasta los 40 años.
De la magia de la oración, pase al suspenso de las entrevistas, que por más que uno ofrezca trabajar más de la jornada legal, todo queda en la incompatibilidad con la edad.
Algunas veces se entrecruzan pensamientos “será que no estoy pidiendo con fe” “quizás Dios, para estos pedido relacionado al el mundo laboral, también tiene limites de edad”
Pero sigo repartiendo curriculum vitae como quien reparte la posibilidad, para que una persona de bien, hiciese una obra de caridad, que el mismísimo cielo lo tendría en cuenta. Pero espero esa actividad tan fundamental que dignifica al hombre y cubre su desprotección y desnudes ante la sociedad.